𝟬𝟴

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Changbin despertó con el canto de las aves, ya había amanecido. Se sentía desorientado, cuando se sentó en la cama vio al vampiro rubio observándole junto a otro de cabello gris. El extraño tenía algo singular, había algo familiar en él... era...

¡El olor de Jisung!

Podía percibirlo, estaba cerca, solo debía conseguir escapar, encontrar a Jisung y largarse de ese lugar. Pero sabía que era un plan suicida.

—Despertaste.— El vampiro se levantó de su silla y se sentó a su lado.

—¿Qué me hiciste? ¿Dónde está Jisung?.— El de cabello gris se acercó mirándole directamente, como queriendo enterrarle las garras en la yugular.

—¿Por qué buscas a Jisung?.— Changbin le observó detalladamente. El cabello, los ojos, parecía sacado de las leyendas de los gitanos.

—Es mi primo.— El vampiro sonrió mostrando los colmillos. Sintiendo un tacto conocido, observó como el de cabello rubio le acariciaba, y es que sentía que era un sedante, porque de pronto volvía a sentirse cansado.

—No dejaré que se lo lleve. Mantenlo lejos de mi omega.— Minho se dirigió a la salida.

—Tranquilo Lee. Este chico no se moverá un centímetro fuera de mi cama.

—Más te vale HyunJin, porque sin importar cuan mayor seas, te quemaré. Al igual que haré con cualquiera que intente apartarlo de mí.




[🐿.🐰]


Minho entró de nuevo en la habitación, se cercioró de que el omega estuviera dormido, dejó un beso en su frente y se dirigió al salón principal donde se reuniría con los ancianos del estúpido consejo.

Aun no tenía las cosas claras, no sabía si su plan con Yeri funcionaría. Simplemente había preparado todo en el salón para el gran momento. Planeaba no dejar cabos sueltos.

Entró en el salón, era un lugar lujoso; con candelabros que caían del techo, entapizado con el escudo de alguna familia poderosa, aquella que su padre y sus hermanos habían acabado antes de su nacimiento, era un lugar precioso, pero era el lugar donde los seis ancianos le miraban con sus ojos escarlata, llenos de enojo e intriga.

—Bien, comencemos.— Dijo sentándose en la cabecera de la mesa. Donde siempre se sentaba su padre a tomar sangre en las copas de cristal que aquella familia mantenía en la cocina, cuando le daba el capricho de querer actuar como lo haría un humano normal.

—Se ha registrado la incineración de uno de los siete. Y puesto que se encontraba de visita en este territorio, queda demostrado que ha sido vuestra familia. Según las investigaciones previas se te encuentra culpable de este crimen.

—Correcto.

—Ya que has aceptado los cargos. Se te sentenciará al entierro durante dos siglos y a la incineración después de cumplir con lo antes dicho.

—No lo creo.

Minho dejó caer un polvo blanco esparciéndolo rápidamente por el comedor donde se hallaban sentados los vampiros.

—¡Ahora Yeri!

La chica salió de las sombras y comenzó a mover los labios rápidamente mientras movía las manos en el aire, una ráfaga de viento abría las ventanas, un fuego comenzó a encenderse alredor de los vampiros mientras los relicarios salían de la bolsa que llevaba colgada al hombro, y los posicionaba frente a cada uno.

Los relicarios comenzaron a destellar una luz roja, y revolotearon sobre las cabezas de los vampiros.

De estos cayó sangre, que gota a gota los empapó por completo, los ancianos empezaron a gritar en agonía mientras sus cuerpos se iban desmembrando uno a uno hasta quedar esparcidos por todo el salón, el fuego se expandió hasta el techo.

Minho y Yeri salieron corriendo del lugar sellando la puerta con un hechizo.

Esperaron a que los gritos dejaran de oírse, y cuando al fin cesaron, abrieron las puertas.

Todo estaba hecho cenizas.




ᴍᴏᴏɴ'ꜱ ᴄʜɪʟᴅ ➷ ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍWhere stories live. Discover now