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El principe Hongjoong se encontraba en una paradoja, tenía que casarse para poder convertirse en el rey de Oblivion aunque solo tenía cierto tiempo para hacerlo el no quería casarse, Hongjoong era alguien muy solitario y muy agradable algunas veces, no le gustaba pasar tiempo con nadie más que no fuera del castillo o eso sí el quería.

Muchas personas estaban intentando acercarse a el cuando tenían la oportunidad pero el príncipe pelirosa no quería a nadie cerca. El principe no estaba seguro y sabía que si lo decía al público todos lo empezarían hacer por interés aún más de el que varias personas tienen.

Aquél reino tenía una tipo "maldición" o algo por el estilo, el príncipe tenía que casarse para hacer que el reino pudiera brillar siempre.

La historia dice que el príncipe tiene que encontrar la felicidad para ver aquel lugar brillar con el esplendor del sol, ya que si no lo hacía serían tierras obscuras y un gran cielo nublado sin nada de luz.

Al príncipe le encantaba ir a una de las torres del castillo para apreciar el bello atardecer cada vez que había un día donde el sol era presente, normalmente unos días al año. Sin embargo, no todo era de color de rosa...o al menos para el príncipe, tenía ya la orden de casarse antes de cumplir diecinueve años si es que quería que el reino prosiga en pie algo que de verdad lo aterraba.

Hongjoong no era el típico chico de que quería a alguien para ser feliz, el sentía que el mismo lo podría ser porque estaba vivo y eso se agradecía. Al parecer el no sentía nada por nadie y sabía que lo harían por interés por lo que menos ganas de casarse tenía.
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En esa mañana se asomaban los hermosos rayos del sol sobre todo el castillo y más en la habitación principal, la de Hongjoong, los celestiales rayos de luz se posaban sobre los preciosos ojos del principe haciendo que este se despertara de la más linda manera posible, con una tranquilidad que hacía que se calmara un poco de sus problemas, a pesar de ser un día brillante parecía unos de aquellos días hermosos que solo ocurren cuando Hongjoong se siente feliz.

Después de despertase tenía que ir hacía uno de los grandes salones del castillo para hablar sobre lo ya dicho, aunque él no quería hacerlo era obligatorio para poder gobernar.

-Entonces Hongjoong deja me ver si entendí...lo que quieres o quieren más bien es hacer que gente venga al castillo para que conozcas y ver si encuentras a alguien?- dijo Jongho, el mejor amigo del principe.

-Si pero no será muy entrometido- respondió Hongjoong.
-La verdad si pero si es lo que tienes que hacer, además puedes hacer amigos si es que quieres-.

-Esta bien pero no me enamoraré de alguien-.

-haz lo que quieras pero te diré algo, ya sabes lo que pasará si no lo haces y todos lo sabrán y hasta te podrían expulsar de aquí aunque seas el príncipe- exclamó su amigo antes de irse de aquel salón.

-Tienes razón Jongho...tengo que hacerlo pero...¿Y si nadie me amaría de verdad?...- susurró Hongjoong antes de también marcharse del lugar.

Del otro lado del reino se encontraba la parte más deslumbrante de ahí

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Del otro lado del reino se encontraba la parte más deslumbrante de ahí. En esa zona vivía Park Seonghwa, él era halagado por su increíble belleza por lo que tenía algo de popularidad en aquel lugar pero no en todo el reinado. Siempre había ignorado todo lo relacionado con la familia real y todo sobre aquel tema, le parecía algo estúpido y más ahora que el príncipe tenía que casarse con alguien, toda la gente hablaba de eso pero de igual modo lo ignoraba, no pensaba que eso fuera tan importante hoy es día.

Park, era tranquilo y a la vez muy callado, siempre se preocupaba por cosas sencillas, su personalidad era increíble y amable pero aún así destacaba por su belleza y su gran humildad.

A pesar de todo, Seonghwa siempre había vivido con la idea de que la realeza no hacía nada más que reinar y hacer lo que quisieran por la razón de que tienen sirvientes y muchas cosas más.

Casi no solía preocuparse aveces y se enfocaba más por estudiar, era un chico de dieciséis años que tenía diversas prioridades antes de escuchar sobre la realeza aunque también le gustaba escuchar aveces solo para distraerse un poco.

𝘛𝘩𝘦 𝘖𝘣𝘭𝘪𝘷𝘪𝘰𝘯 (Honghwa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora