Séptimo

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Una extraña mañana

Por la mañana ambas mujeres abrazadas sintiendo el aroma de sus pieles y la suavidad bajo los dedos de Lilith de la Piel de Zelda, no quiso moverse por miedo a que la mujer despertara y aquel sueño terminara.

-Se que estas despierta Lilith- Zelda levantó la cabeza para mirar a la morena quien Sonrió con los ojos cerrados- No sonrías así...

-¿Por qué?- Dijo Roncamente- ¿A caso te acuerdas de algo?

-De anoche...- Suspiró con algo de cansancio- Quizás...

-No me arrepiento, Zelda.- Soltó la morena- ¿Y tú? Al fin y al cabo me provocaste toda la noche...- Jadeo apretando la piel llena de sus caderas y glúteos haciéndola jadear.

- Lilith...- Beso su clavícula mientras se retorcía con ese simple toque sintiendo aún el sexo que habían tenido la noche anterior- Sara...

-No hables de ella ahora- La cayó besándola y rodando sobre sus espalda para dejarla bajo ella.

La pelirroja Sonrió mientras se sonrojaba  bajo sus caricias tan apasionadas, extrañaba todos esos besos mojados sobre piel y los suaves apretones que Lilith le daba en ciertas partes de su cuerpo la hacían salir de aquella realidad.

-Lilith...- Gimió cuando la morena comenzó a bajar hasta su vientre bajo las sábanas color beige de Zelda lamiendo desde su ombligo hasta su muslo izquierdo y luego comenzó a besar toda su extensión de arriba abajo de manera lenta algo que a Zelda la dejó sin respiración y retorciéndose de placer- E-Eres...

-Disfrutalo...- Dijo roncamente sintiendo la mano de Zelda apretar sus mechones color chocolate mientras arqueada su espalda de manera temblorosa.

-¡Oh mierda!- Gimió si tiendo una oleada de placer cuando Lilith sujeto sus caderas y no dejó que se moviera, su Nariz rozaba dolorosamente si clitoris mientras que su lengua entraba y salía desde su interior haciendo que la pelirroja gimiera, pero Zelda se estaba reprimiendo porque ya era de día y su familia estaba despierta- ¡Lilith! ¡Ahh!- Se mordió el labio conteniendo aquel grito y su orgadmo llegó de manera inmediata cuando la morena pellizco su seno con una mano libre- ¡Ahhh!

-No te contengas...- Subió mientras introducía dos de sus dedos en su interior y comenzaba con sus embestidas repentinas- Te quiero oír...

-¡Mmm! No me hagas esto..- Dijo con la voz temblorosa y la piel sonrojada- Sara...

-Shh...No hables de ella...- La embistió aún más rápido mientras sentía los gritos ahogados de la pelirroja tratando de contenerse a sus fuertes caricias y el palpito entre sus propios muslos la estaba matando al escuchar aquellos gemidos.

- ¡N-No puedo! -Dijo en voz ya alta y completamente sumisa a las caricias de la morena – Nos... Oirá...
En ese momento la morena ya no habló y se dedicó a explorar completamente cada centímetro de la blanca piel de Zelda que a cada caricia bajo sus dedos se sonrojaba de manera suave.

°•°


La familia Spellman estaba en su lugar habitual en la cocina, sirvieron el desayuno hasta que notaron la ausencia de la Matriarca en la mesa, los tres se miraron extrañados ya que era muy inusual y según Hilda, la pelirroja no funcionaba sin su café.
Sara bajó las escaleras completamente adormilada, la castaña seguía con la ropa de la noche anterior y cuando los tres miembros de la familia se dieron cuenta de su presencia en el umbral de la puerta con los ojos completamente abiertos, ya que Sabrina la noche anterior creyó ver a la Srta. Wardwell marcharse junto a ella.

- ¿Buenos... Días? - Dijo Hilda e invitándola a la mesa con extrañeza- ¿Mary  no está?

-No sé dónde... Ni siquiera sé si durmió conmigo... Anoche... No recuerdo mucho- Dijo dándole un sorbo a la taza que Hilda le estaba brindando.

-Muy... Raro...- Dijo Sabrina y la mesa se quedó en silencio por unos segundos, cuando sintieron un ruido desde arriba- ¿Tía? - Gritó la adolescente, pero solo se escuchó esta vez un pequeño quejido.

-Iré a ver...- Dijo Ambrose y Hilda lo interrumpió.

-No- Rotundamente y fue ella la que se fue hasta las escaleras a buscar a Zelda asegurándose que nadie la siguiese.

Cuando se aseguró de dejar a los tres en el primer piso de la mansión comenzó lentamente a caminar hasta la puerta del cuarto de Zelda, pero cuando supo que Mary estaba con ella cuando escuchó la voz de la Morena jadear el nombre de su hermana.
Cuando quiso al fin tocar la puerta de manera suave, todo se quedó en silencio y decidió hablar de manera completamente directa y sin rodeos, pero bajo, ya que temió que alguno de sus sobrinos o Sara escuchará.

-Zelda, Mary- Dijo llamándolas

- ¿Qué quieres Hilda? -Dijo ácidamente y rodando los ojos desde dentro de su habitación mientras que Lilith estaba completamente tentada a reír.

-Se que pasó anoche, pero ahora necesito que le den una explicación a Sara porque estaba abajo preguntando por Mary y no sé cómo controlar esto... Esta fuera de mis manos...-Titubeo y luego sintió el cerrojo abrir y ambas mujeres ya vestidas.

-Hilda, Porque no viniste a decírmelo aquí cuando esa mortal...- Lilith la miró- No me mires así es tu novia, no la mía, para mí los mortales son seres completamente inservibles.

-Iré a hablar con ella... Yo...-Hilda y Zelda la interrumpieron

- ¡No! - Al unisonó mientras evitaban suavemente que siguiera el paso hasta las escaleras.

-Pero...- Zelda la interrumpió.

-Si quieres terminar con tu novia... Li... Mary, hazlo en tu casa, no quiero ver como se pone histérica y celosa aquí, o la mataré- La miró severamente, y luego comenzó a bajar – Y Sabes que lo haré- Sentenció la pelirroja de manera rotunda.

- ¿Debería responder a eso? - Preguntó la morena con su habitual voz de miel frente a Hilda.

-Si quieres terminar en la fosa de Caín, hazlo. - Hilda fue tras Zelda para servir su café matutino.

Cuando la pelirroja se encontró frente a frente con la castaña su mirada fue de recelo y un poco de gracia, pues se había acostado con Lilith hace algunas horas y prácticamente tuvieron Sexo, pero ella no escuchó nada de aquel acto tan placentero que a Zelda la dejaba de buen humor en la mañana.

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Perdonnn la demora pero por fin pude hacer este capitulo ❤😪



Cuando Quieras DejameWhere stories live. Discover now