Noveno

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La Ira de Eva... (parte 1)

Habían pasado 2 semanas desde aquel último encuentro íntimo de ambas, Zelda estaba completamente fría en cuanto nombraban a Mary Wardwell en la mesa durante el desayuno, sus paredes volvieron a levantarse en cuanto Lilith no volvió a buscarla y supuso que era una cobarde y una débil.

Lilith estaba completamente perdida y sumida en sus pensamientos cuando Sara irrumpió en la habitación con un café para ella y un poco de pastel que ella misma hizo.
Le sonrió falsamente y luego acepto uno de sus tantos besos, esta vez se alejó de ella en cuanto sus labios se tocaron algo que a Sara la dejó perpleja.

-¿Estas bien, amor?- Dijo con preocupación.

- Yo...- Pensó por un segundo terminar aquella tormentosa relación- Yo... Sara debemos hablar.

-¿Paso algo?- Acercándose mucho más con exageración y tocando su mejilla en un gesto cariñoso que Lilith detesto- Cuéntame...

-Esto no puede seguir así...- Dejo su café y el plato con pastel y se levantó abruptamente alejándose de ella- Sara... Yo no quiero seguir con esto...

-¿Me estas dejando?- Dijo con semblante triste.

-Si...- Respiro profundamente antes de ver la cara de Sara- Yo te...

-¡Me estas dejando!- Gritó con ira- ¡Tú no puedes dejarme!

-Oye... cálmate...- Trató de acercarse pero Sara lanzó la mesita de noche en medio de la sala contra ella, Lilith la esquivo abriendo mucho los ojos.

-¡Esa perra! ¿Es esa perra cierto?- Expresó com asco- ¡Zelda Spellman!

La morena abrió demasiado los ojos ya que si Sara la enfrentaba Zelda no lo pensaría dos veces antes de matarla y no quería llegar a esos extremos.

-No espera... Zelda...- Sus palabras no salieron hasta que vio como las cosas de su sala levitaban y ella no lo estaba haciendo.

-¡Mataré a esa perra!- Sara dejo caer todas las cosas de la sala y luego desapareció.

-¡Mierda!- Jadeo sin palabras y preguntándose como no se dio cuenta que era una bruja, o quizás algo más, ella era la madre de los demonios pero... ¿Qué podría disfrazarse de su antiguo poder? Ella era la primera bruja, la más poderosa.

-¿Te has estado preguntando que es ella?- Dijo roncamente la bestia apareciendo.

-Mi señor oscuro...- La morena se arrodillo y miró fijamente al piso sin posar su mirada en sus cascos.

-Has estado acostándote con todas esas zorras, me has traicionado- Bufo con ira y golpeó uno de sus cascos con fuerza haciendo temblar a la morena.

-Lo siento señor oscuro...- Jadeo con algunas lágrimas en los ojos sin despegar la mirada del suelo de puro miedo- Me he distraído... Yo...

-Cierra la boca, Lilith- volvió a gritar esta vez y luego Sentenció- Luego de que Sabrina se una a mí te alejaras completamente de esa mujer... y Otra cosa, Sara tu querida, es una mestiza descendiente de Eva- Fue allí cuando desapareció dejando atónita a la morena.

-¿Eva?- La mujer Jadeo y luego se levantó- No puede ser, Eva no sobrevivió... No luego de que...

○•○

Zelda estaba complemente sumida en su whisky diario y su cigarrillo mientras que observaba desde la ventana de la cocina a Hilda cuidar su huerta.
Con algo de levitación atrajo una manzana verde, le encantaban luego del desayuno pero algo andaba mal, su intuición estaba a tope aquel día.

- Hey- esa voz la dejó helada, pensó en Lilith y luego se volteó para encontrar a Sara con una sonrisa maquivelica- ¿Cómo estás Zelda?

-¿Cómo entraste?- Dijo mientras se acercaba a ella con una ceja alzada y mordiendo la manzana- ¿Mary...

-¿Mary?- Sonrió y luego se acercó más a ella- ¿O Lilith? Querida Zelda... No soy la estúpida que todos pintan- Comenzó a Reír y se dio la vuelta mientras que Zelda asustada trató de salir de la cocina la mujer la detuvo- Quieta...

-Sueltame- Jadeo sin aire mientras que su cuerpo estaba inmovil en su lugar- ¿Quien demonios eres? ¡Revelate!

-Dejala en paz- La ronca voz de Lilith apareció en el aire y luego ella se reveló desde el sombras- Suelta a Zelda, Eva...

-¿Cómo lo supiste?- Sonrió con ironía aún sin soltar a la pelirroja.

-Deja el cuerpo de esa mestiza- Dijo la demonio mientras levantaba dos dedos en el aire y la hacia levitar inmovil en su lugar- O la historia se va a repetir y recuerdo muy bien que fue lo que ocurrió aquel atardecer.

-¡Zorra!- Le grito a Zelda quien cayó al suelo algo débil y atónita- Estuve miles de años tratando de contactar contigo y cuando al fin pude concretar...

-¡Estas enferma!- La morena la detuvo con una voz que salio desde su interior, pues era la madre de todos los demonios y por lo tanto...- Soy tu madre, yo te hice, Tú mente retorcida luego de tu conversión...

-¡Yo no soy tu hija!- La mujer se retorcía tratando de sacar la magia oscura que la morena tenía a su alrededor.

-¡Yo te convertí! ¡Maldita vampiro!- Le grito sobre su frase- Soy tu madre.

-Me salvet salvator meus ab illo daemone, qui me claudit, me liberat- Conjuro la castaña y desapareció dejando un desastre en la cocina y quemando la mano de Lilith con aquellas malditas palabras.

-¡Ahh!- Se arrodillo frente a Zelda quien se acercó a la morena con mucha preocupación.

-¡Lilith!- Agarró su mano y vio una línea roja sobre la palma de su mano- ¿Que ocurre? ¡Que te hizo!

-Ella está poseyendo el cuerpo de Sara, ella es Eva...- Dijo mientras la miraba a los ojos, las pupilas negras de Lilith la hicieron asustarse y luego la morena volvió a hablar con una voz la cual Zelda no reconocio- Llamó a Yaveh y el me maldijo, Ella volvió a Liberarse de la cárcel donde estaba.

-¿Qué?

-Sara es una descendiente de Eva... Cuando ella sintió mi presencia, inconscientemente llamó a la segunda mujer de la creación- Jadeo cuando Zelda bajo la mirada hacia la mano de la morena vio que la línea Roja se extendía sobre su cuello- Yo convertí a Eva en un vampiro y ella se enamoro de mí... se obsesionó pero el falso Dios la castigó en el Edén y le quitó los poderes... Hasta que el día de su muerte su alma se liberó, teniendo el poder y la sangre maldita podía y tenía el poder de poseer a la primogénita mujer de toda su línea de sangre... Yo... Yo...

-¡No lilith!- Gritó mientras que Hilda entraba escuchando el desgarrador grito de su hermana.

-Demonios ¿Que esta pasando?- Dijo arrodillandose ayudando a la pelirroja.

-No lo se... ¡No lo se!- Dijo con lagrimas en sus mejillas y temblando de miedo- No se que ocurre...

A lo largo de los años Hilda sólo vio llorar a su hermana así dos veces, El día que Edward murió y aquel día algo que asusto y la dejó atónita por unos segundos.
La rubia levantó a Lilith con ayudo de la levitación y la dejó sobre la cama de su hermana mientras que Zelda se metía a la gran biblioteca que tenían en la mansión donde habían libros de todo tipo, pero a la vista de Hilda todos tenían relación con el Dios falso algo que la hizo entender un poco más cuando vio la línea Roja que se acrecentaba en el cuerpo morena de Lilith.

-Esta maldita...

Cuando Quieras DejameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora