Cuando Quieras Dejame

Undécimo

-Creo que deberíamos ir- Dijo Sabrina recibiendo el florero y mirando a todos en la habitación.

-Lilith se pondrá furiosa cuando despierte- Dijo Hilda- Eva tendrá que esconderse en algún rincón del planeta...

-No solo Lilith, Hilda- bufo Zelda con enojo y luego se sentó a su lado acariciando su cara y besando su frente.

La mujer volvía a tener su color moreno y su cuerpo entraba en calor, la pelirroja estaba aliviada pero a la vez furiosa, más le enoja saber que aquella mujer estaba suelta por ahí preparada para atacar en cualquier momento, no sabia que haría desde ese momento pero lo que si sabia es que debía deshacerse de Eva lo más rápido posible aunque cause problemas.

Sabrina saco a Zelda de sus pensamientos chispeando sus dedos para poder atraer su atención.

-Tía Zee, por favor reacciona, necesitamos hacer esto rápido o todo se saldrá de control- Jadeo ya cansada y abrumada.

-Okey pero ¿Quién se quedará con Lilith? no podemos dejarla sola, menos con esa maldita suelta- Agarró un cigarrillo prendiéndolo rápidamente- Con un demonio... Hilda quédate con Lilith, pondremos una protección en la casa.

Mientras todos estaban discutiendo y preparándose para lanzar un hechizo de cerradura y protección a la casa Spellman, Lilith se levanto un poco mareada y sin color en la piel, pero poco a poco recuperándolo.

-Acaso no estarás pensando en dejarme encerrada aquí ¿No Cariño?- Dijo la morena con los brazos cruzados tras la familia Spellman.

-Maldita seas ¡Lilith! casi me muro- Jadeo Zelda y luego sonrió abalanzándose en un abrazo emotivo.

-Oh vamos, necesitamos detener a la maldita esa- Hilda se refería a Eva ya cabreada.

-Okey okey, iremos todos.

-¡Lilith! no puedes ir estas débil..

-Maldita sea, con un demonio Zelda, soy el demonio más antiguo de la historia, débil es lo que menos me define- Jadeo molesta la Morena sin detenerse a mirar a Zelda.

Cuando todos estaban a punto de refutar su punto la mujer chasqueo los dedos y los teletransporto a las entrañas del infierno.

-Dame ese Jarrón, yo se que hacer con el- La morena se lo dio a uno de los sirvientes y el se lo llevó- Ahora debemos buscar a Eva, debemos separarnos y planear bien lo que haremos...

-Carnada...- Hilda los miro con el rostro iluminado- Zelda servirá de carnada, debemos ir a campo abierto, es decir el bosque de Greendale

-¡No!- Dijo Sabrina

-Jovencita debes escucharme, Lilith, Eva las ataco allí ¿No?- Lilith asintió- Okey, entonces es allí donde debe estar, solo debemos camuflarnos y dejar a Zelda en medio, cuando ella ataque, deberás poner fin a su vida...

-Necesito la daga...-Susurro- Bien adelántense, los encontraré allá.

Bosque de Greendale

Lilith estaba planeando desde lejos convertida en un águila, para poder atacar desde arriba cuando...

-No puedes hacer nada para evitar que te mate, Zelda Spellman- Dijo Eva pero al mismo tiempo Zelda miro hacia todos lados y ella no estaba- ¿Crees que soy estúpida?

-Pues no hay mayor estúpida que tú al venir aquí- Respondió Zelda ya sabiendo donde estaba, la mujer colgaba de un árbol como un murciélago.

La pelirroja hizo una seña mientras lanzaba un hechizo para tumbarla y lo logró, pero la mujer cayó arriba de Zelda.

-Eres una zorra- Le dijo al oído- Y jamás volverás a ver a Lilith... "Ex visceribus inferni anima tua clamabit in dolore cum per singulas transcurrit ignis

-No vuelvas a tocar a Zelda- La morena apuñalo en la espalda y luego en la cabeza, la mujer cayó al lado de Zelda sin vida- ¿Estas bien Cariño?

-No quiero que me vuelvas a ocultar nada en tu vida- Dijo con algo de suspicacia.

Hilda y Lilith se encargaron del cuerpo de Eva mientras que Zelda, Sabrina y Ambrose conversaban de lo sucedido, obviamente Zelda se privo de decir algunas cosas por nerviosismo de los vivido hace poco.

Al llegar a la mansión el cuerpo de Eva fue incinerado, Ya no había forma demoniaca, celestial o humana que pudiera interponerse entre ellas...Pero...

-No puedes estar hablando enserio- Dijo la Morena algo enfurecida.

-No Lilith, Necesito un tiempo, todo esto me tiene los nervios de punta...- La Morena la besó sorpresivamente, Zelda trató de alejarla pero no pudo, ya que igualmente necesitaba de la morena.

-Por favor Zelda... No puedes Alejarme de ti...No ahora que podemos estar juntas sin que nadie nos moleste.

-Lo se Lilith...Solo estoy choqueada- Jadeo Zelda dándole una calada a su cigarrillo y sentándose en su cama.

Lilith se puse tras ella para darle un masaje en sus hombros y tratar de que la pelirroja se relajará.

-Podríamos descansar y luego discutirlo mañana ¿No cree?- Dijo en su oído desde atrás mientras Zelda se relajaba y sonreía al escuchar su voz.

-Me encanta escuchar tu voz...- Se recostó y Lilith a su lado abrazándose.

-Descansa Cariño, mañana será el mejor día de tu vida...

-Buenas noches, Lily...

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