Octavo

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Debo continuar con la fachada...

Luego de los minutos eternos que Sara estuvo frente a la pelirroja comenzó a sentirse incomoda, pues claro, la Bruja mayor entre sus pensamientos conjuraba alguno de sus trucos para repeler a la gente que le desagradaba y eso fue lo que hizo.
Cuando la castaña se levantó y miró para despedirse de los chicos que igualmente iban de salida, Sabrina a la academia y Ambrose a reunirse con su novio, La castaña busco a Hilda, pero no la encontró, fue cuando al salir con lo poco y nada que llevo la noche anterior en su pequeño bolso de mano miró hacia el segundo piso de la mansión y vio la melena color chocolate de "Mary".

-¡Amor!- Gritó y la morena se volteó- Hilda...

-Oh cariño, perdón yo fui a ver que pasaba con Mary...- Zelda la miró con furia, completamente enojada.

-Sara...- Miró a Zelda un segundo y luego puso la mirada completamente en la mortal- ¿Ya nos vemos?- Evadió por completo la miraba de la pelirroja quien estaba a punto de enviar al cielo a Sara.

-Oh si es mejor que se vayan... Mary tienes que descansar, vas a la escuela ¿No?- Hilda interrumpió mientras las empujaba a la entrada y no debajo que hablaran ni un segundo más allí dentro.

-¡Mierda!- Grito Zelda, su mañana estaba completamente arruinada de nuevo.

-Zelds... No puedes pretender que Mary cambie su vida así como así...- Zelda la interrumpió llena de ira y levantando la voz.

-Deja de ser tan ilusa, Hilda, Mary no es quien dice ser...¡Mary es Lilith!- Gritó sin pensarlo dos veces y la rubia quedó con la boca completamente abierta.

-Espera un segundo...- Se apoyo en la pared- Tú... Dices que... ¡Qué!- Dijo impresionada.

-Como lo oyes, Hilda...- Suspiró y luego miró hacia la ventana- Y la verdad...

-Oh cariño...- La abrazo pero Zelda no se dejo, reacia a la compasión de su hermana- Pero Zelds...

-No me campadezcas, No me gusta la compasión...- Ella subió nuevamente a su habitación presa de sus pensamientos y maldiciendo una y otra vez a Lilith.

○•○

Luego de dejar a Sara en su casa y darle una explicación creíble a la castaña, Lilith llegó exhausta a la cabaña de Mary Wardwell, se recostó un momento sobre sofá y cerró los ojos.

Al pasar los minutos su mente se durmió y no se dio cuenta de la presencia que estaba cerca, fue solamente cuando percibió el olor a tabaco cuando abrió los ojos, el Verde y el azul se encontraron pero Zelda no iba por cortesía ni mucho menos con fines románticos.

-Te alejaras completamente de mi Familia, Lilith, no te quiero cerca- Dijo mientras una de las velas negras que Lilith tenía arriba de la chimenea se encendía y se apagaba.

-Zelds...- Pero la pelirroja la calló.

-¡Cierra la boca! Está vez me escucharás. No quiero verte cerca de mi sobrina, Mucho menos dentro de mi cuarto por las noches y menos en mis sueños, quédate con la mortal, esto se acabó.- Decretó la pelirroja de manera rotunda y sin papujos, luego camino hasta la puerta y con un golpe cerró dejando a Lilith inmovil en su sofá.

-¡Espera! ¡No!- Saltó tras ella y comenzó a seguirla- Zelda no puedes irte así tengo que explicarte...

-¡No quiero tus malditas excusas!- Dijo mientras le apuntaba- Elegiste irte con esa maldita... ¡La mataré con mis propias manos!- Le grito y siguió caminando por el bosque que a medida que se adentraba de hacia mucho más oscuro.

-¡Zelda tengo que seguir con la fachada!- Fue la frase que la pelirroja odio y más rabia sintió- No puedes llegar y...

-Si, si puedo, Me dijiste te amo, Lilith. ¡Lo dijiste! Mientras hacíamos el amor- Le grito estaba vez con algunas lágrimas en los ojos y enfrentando a la morena.

- Yo...- La morena miró al cielo y luego la volvió a mirar- Si, si Zelda,Yo te amo- Concluyó- Pero no puedo quitarla de mi vida así como así, Sara ha estado allí a veces cuando tu no estuviste...

-Oh, muy bien- Dijo incrédula- Entonces quédate con Sara, pero no con las dos- La pelirroja rompió a llorar- Eres una maldita sin vergüenza... ¡Te odio!

La pelirroja desapareció y Lilith se quedó allí pensando en que iba a hacer de ahora en adelante con ambas mujeres en su camino.
La compasión que sentía por Sara creció cuando la conoció y cuando comenzó a salir con ella por despecho se dio cuenta que la castaña no era una persona tan molesta aunque a veces colmará su paciencia.
Pero aun así, era Zelda la que estaba en su mente... Era ella.
No lo pensó dos veces y fue tras ella, pero trato de ser más sutil que la vez anterior cuando Sara las siguió hasta el bosque.

Por otro lado la pelirroja camino hasta el gran altar de piedra en medio del bosque de Greendale y comenzó a caminar de un lado a otro.

-¿Por qué debo pasar por estas cosas? ¡Mierda!- Lanzó su encendedor y luego se arrepintió completamente cuando lo vio en pedazos- ¡No!

-Zelda, no puedes hacer eso cada vez que te enojes...- Dijo Lilith y un poco más atrás la pequeña ardilla que la seguía.

-¡Oh tú cállate!- Dijo mientras recogía el objeto y trataba de unirlo nuevamente - ¿No tienes que ir a ver a Sara?

-Zelda...

-No, vete... déjame sola- Zelda lanzó lo que quedó de su encendedor y se sentó sobre el altar mientras encendía un cigarrillo con algo de magia- ¿Qué esperas?

-Baja de allí Zelda..- Lilith rodó los ojos y se acercó frente a ella- la última vez que estuviste así fue en tu tocador...

-¡No! ¡Cállate!- La freno Zelda mientras recordaba la noche anterior.

-No puedes evitar recordar... ¿No es así?- Se acercó algo provocativas y alcanzando con sus manos sus muslos y apretando ligeramente.

-No me toques...- Jadeo mientras le lanzaba el humo retenido en sus pulmones en su cara, pero la morena no se movió.

- Solo te diré algo Zelds...- Dijo ya cansada y alejándose- Arreglaré esta mierda... ¿Esta bien?- Zelda cambio su semblante- Pero solo dame algo de tiempo...

-¿Eso quieres?- Dijo algo dolida- ¿Tiempo?

-Por favor...- Respondió mirando el suelo y luego nuevamente a ella.

-Tienes un mes Lilith...- Se bajo del altar y comenzó a caminar- Solo un mes.

-Espera no te vayas...

Pero Zelda desapareció como el viento y la Morena se  lamentó por haber actuado de aquella forma tan inpulsiva solo para evitar que Sara supiera la verdad.
Tenía solamente un mes para alejarse de Sara, pero no sabía si la Mortal entendería con sus palabras llenas de miel, o más bien, las suaves palabras de  Mary Wardwell.
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¡Hola! ❤ les amo

Cuando Quieras DejameWhere stories live. Discover now