Pasado tormentoso.

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SANTOS:

Había actuado por impulso, no me pude contener. Tenerla cerca, sentir su respiración mezclarse con la mía, la besé. Me confundió, es decir; ella parecía aceptar el beso, luego me aparta y me cachetea...

-¿Quién entiende a las mujeres? -murmuro saliendo del cuarto y me encuentro con el sujeto en la sala, me mira expectante. -¿Y que? -preguntó de mal humor, él sonsaca una sonrisa. Lo tomo como burla.

Sentía ganas de borrarsela del rostro, aprieto el puño "contrólate Santos, tu puedes, contrólate" decía mi subconsciente

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Sentía ganas de borrarsela del rostro, aprieto el puño "contrólate Santos, tu puedes, contrólate" decía mi subconsciente.

-¿Yo? Nada... ¿Ya vas de salida? Que pena, yo voy de entrada... A su vida -me dice con ironía, sólo tenía en claro una cosa: no lo soportaba, sentía ganas de partirle la cara en ese instante, pero me detiene la puerta que se abre, Bárbara nos mira sorprendida de aún verme.

-Santos pensé que ya te habías ido...

-Ya voy de salida. -respondo y le lanzo otra mirada llena de arrepentimiento, parece no inmutarse y desvío la vista hacia el sujeto que no aparta la vista de mi, le sostengo la mirada brevemente, me dirijo a la puerta, en el trayecto chocamos los hombros, desafiándonos, sin volver a mirar atrás, abandono el departamento.

 -respondo y le lanzo otra mirada llena de arrepentimiento, parece no inmutarse y desvío la vista hacia el sujeto que no aparta la vista de mi, le sostengo la mirada brevemente, me dirijo a la puerta, en el trayecto chocamos los hombros, desafiánd...

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Salgo prácticamente echando humos, no puedo creer que me haya rechazado, y esta vez dolió mas que la primera vez, por que ahora es diferente, todo es diferente, pero ¿Que demonios estaba pensando?.
Me deje llevar por los impulsos, en lugar de acercarla creo la he alejado más, y para lo que es peor... La acerco mas a los brazos de ese imbécil, pero todo es tan difícil... Tal vez haya una mínima posibilidad de recuperarla, tal vez no esta todo perdido, pero ¿Y si si? ¿Y si la perdí para siempre? ¿Podre resignarme a esa idea?.
Lo primero que hago al abandonar el edificio es buscar un taxi, mi cabeza seguía dando vueltas.
Al conseguir uno, emprendo viaje a mi hotel, no tenía las ideas claras, necesitaba hablar con alguien, pero no tenía ni siquiera a Antonio cerca.
Una vez en mi hotel, me ducho, me visto y me recuesto en la cama, sin poder dejar esos pensamientos de lado, atormentándome con cada idea de saberla de otro hombre, y más de ese mequetrefe que me cayo pésimo desde que abrió la boca.

La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora