La Diosa del río es un fanfic inspirado en la telenovela Doña Barbara, queriendo darle otro final a mi Doña, uno merecedor de una guerrera que toda su vida luchó contra el mundo, contra ella misma, y contra sus demonios, y que siempre luchó sola...
...
Luego de haberme alejado de Santos, camino con paso decidido hacia al Miedo, cuando estoy cerca escucho el relinchar de un caballo, que posteriormente se detiene frente a mi. El jinete desciende, y pese a la oscuridad de la noche, lo reconozco de inmediato.
-¡Bárbara!-exclama con tono amigable, acorta distancia, pronto me rodea con sus protectores brazos.
-Pablo. ¡Que sorpresa!, no te esperaba tan pronto -agregué, realmente estaba sorprendida de verlo, sin embargo, correspondo al efusivo abrazo.
-Bárbara, no sabes cuanto te he extrañado -acaricia mi cabello manteniéndome pegada a su cuerpo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Y yo a ti... También te he extrañado -admito, él se separa levemente y toma mi rostro entre sus manos.
-¿Dónde andabas? Te he estado buscando ¿Por qué estás sola? -mira para todos lados, y luego me examina a mi de pies a cabeza.
-Salí a dar una vuelta, eso es todo -me encojo de hombros, no podía sostenerle la mirada. No después de haber soltado esa mentira piadosa.
-Otra noche de insomnio ¿No? -preguntó. Asentí con la cabeza, él toma las riendas de su caballo y comenzamos a caminar.
-¿Cómo te fue en la capital?
-De maravilla ¿Y por aquí? ¿Cómo ha ido todo? -indaga él con un gesto curioso.
-Todo bien -susurro, no sé como puedo mentirle a este hombre, de verdad que no se lo merece, y me siento muy mal por ocultarle todo lo ocurrido últimamente con Santos.
-¿Qué has hecho a parte de extrañarme? -bromea tras una sonrisa, me hizo sonreír a mi también. Por un minuto, no pensé en todo lo que le estaba ocultando.
-Presumido, es por eso que no debí de haberte dicho que te extrañé -digo entre sonrisas cómplices con él, Pablo aprovecha para tomarme de la mano, mientras continuábamos nuestro camino a pie, observo nuestras manos enlazadas y por un lado se siente muy bien, pero por el otro me siento pésima, no sé como decirle, no sé si decirle, por primera vez yo... no sé que hacer.
-Yo si te extrañado mucho eh, no hubo momento del día en que no estuviera pensando en ti... -Me observa dulcemente, su mirada era sincera.
-Que cursi me saliste eh -bromeo yo esta vez.Al llegar a la hacienda, un peón se encargó de recibir al caballo de Destefano e ingresamos a la casa grande.