11 Nunca más volveré a bailar

5.9K 759 468
                                    


Takemichi no era el de siempre.

Todos los miembros de la Toman podían notarlo, primero fueron pequeños detalles cómo que se quedará perdido en sus pensamientos mirando a algún punto indefinido como si su mente viajara a algún lugar donde ninguno de ellos podía alcanzarlo.

Lo segundo que notaron fue su sonrisa, cada vez era más difícil que se dibujara una sonrisa genuina en esos labios, esto hacía sentir inquietos a todos sus amigos, especialmente a cierto rubio de ojos grises, extrañaba esa sonrisa, la sonrisa de su sol ahora se veía opacada como si alguien hubiera iniciado un eclipse en su corazón.

Lo tercero fue que notaron que había momentos en los que Takemichi desaparecía, siempre recibía un mensaje de alguien desconocido y en ese momento el rubio se iba, nunca explicaba a donde, solo decía que tenía algo que hacer y no lo volvían a ver en todo el día.

Y finalmente lo último, lo que dejaba con la boca abierta a todos y con un dolor en el pecho a Manjiro Sano era que después de pasar horas abrazado a Mikey diciéndole lo mucho que lamentaba algo que nunca quiso decir, de la nada había comenzado a evitar al presidente de la Toman únicamente hablándole cuando era realmente necesario, provocando en Mikey una sensación de vacío que nunca creyó experimentar por culpa de su sol, estas actitudes habían comenzado al día siguiente de que lo secuestraron, habían pasado tres días desde entonces y no hacía más que empeorar conforme el tiempo avanzaba, esto hizo que todos se preguntaran.

"¿Qué fue lo que pasó con Takemichi?"

Todos creían que tenía que ver con lo que sea que Izana le había hecho mientras lo tenía secuestrado, pero lo único que Takemichi les dijo sobre eso fue que el chico de tés acaramelada solo le había revelado lo que le iba a hacer a la Toman, su relación con el hermano de Mikey y ya, obviamente ninguno creyó que eso fuera toda la historia pero no lograron sacarle la verdad al rubio por mucho que lo intentaron.

Pero lo que ellos no sabían era que esos ojos azules estaban perdidos en el océano de su propia culpa y de su propio dolor, cada vez se dejaba arrastrar más y más al lugar en donde Izana lo estaba esperando con los brazos abiertos, oh si tan solo ese heroé no sintiera que debe cargar con el peso del mundo él solo, incluso su mejor amigo estaba a ciegas en cuanto a lo que pasaba por la mente del rubio, pero lo que lo desconcertó más fue que en una de las escapadas de Takemichi decidió seguirlo solo para encontrarse con el rubio hablando con los hermanos Haitani, algo no estaba para nada bien.

ya tomaste una decisión Take-chan? — Rindou Haitani se recargaba en el hombro de Hanagaki mientras lo veía con una sonrisa divertida.

Izana me dio una semana para pensarlo, aún no se cumple ese plazo — Takemichi estaba cansado de las visitas de ese par de hermanos, siempre llegaban para presionarlo, para recordarle lo que pasaría si decidía al final no aceptar la propuesta de Izana, y pareciera que sus constantes acosos al rubio lo hacían cada vez inclinarse más y más por entregarse a cambio de la libertad y felicidad de sus amigos, tal vez ellos estarían mejor si solo se borraba a si mismo de la historia.

Chifuyu intentaba escuchar de que hablaban pero por la expresión de su mejor amigo pudo intuir que no se trataba de nada bueno, nunca lo había visto tan consternado, tan cansado y a la vez tan decidido.

Definitivamente algo no estaba bien.

bueno, te dejaremos descansar por lo que resta de la semana, pero vendremos el 21 para escuchar tu respuesta — esta vez fue Ran el que habló, tomando el menton de Takemichi para que lo viera a los ojos, — y vendremos con Izana...así que, piénsalo bien Take-chan~ — acarició sus labios haciendo que el rubio lo alejara con molestia, esto pareció causarles gracia a los hermanos que se fueron con una sonrisa, dejando a Hanagaki con deseos de llorar, pero simplemente se fue a su casa sintiendo que su corazón cada vez era apresado con cadenas de oro, puestas por una persona que lo obligaría a dejar a la persona que ama solo por proteger su sonrisa.

Por una vez... quédate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora