¡F I N A L I Z A D A!
Mini historias con tus personajes favoritos de Uta no Prince-Sama❤
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❀No hago OC, la protagonista siempre eres tu, la rayis.
❀Los personajes no me pertenecen.
❀Nanam...
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Ai no sabía porqué hacía lo que hacía, escondido tras la puerta de aquella sala dónde estabas hablando con tu amiga sobre la relación que tú y el robot idol manteníais.
— ¿Qué dices?— Habló incrédula tu amiga.
— Sí...— Asentiste— Me da mucha vergüenza decírselo, ¿y si me deja si se entera?
— Tía, tienes que hablar con él. Estoy segura de que no te dejará aunque seas un poquiito masoquista.
¿Acaba de decir lo que creyó oír? ¿Eras masoquista? ¿Tú? ¿Su novia?
— ¡No es masoquismo!— Te quejaste y sonrojaste— Simplemente... Me gustan los castigos... ¡Pero no llegar a fustas ni cera caliente ni nada de eso! Quizás... Nalgadas, que me ahorquen un poco...— Miraste tus manos, notando cómo tus mejillas se calentaban mientras mordías tu labio inferior.
Jesús, solo imaginarte a tu novio haciéndote eso te calentaba más que una estufa.
— Vamos, BDSM vainilla— Resumió tu amiga— Pero dejando eso de lado, deberías hablar con él. ¡Llevais saliendo casi un año! Además, es un androide, estoy segura que te complacerá más que cualquier otro chico de entrañas, carne y hueso.
— No lo digas así, Ai es más que un androide— Le recriminaste.
— Lo que tu digas cariño, pero habla con él.
— Esta bien, buscaré la manera de hacerlo.
El pelician se quedó estático mientras escuchaba cómo os ibais de la sala. Salió de detrás de la puerta, pensativo y curioso. Si a su novia le gustaba eso, eso haría. Además, sonaba fácil y... Caliente.
◖•ᴥ•◗
Llegaste a la habitación de tu novio luego de que este te llamara para, según él, una urgencia. Tocaste la puerta repetidas veces hasta que el idol abrió la puerta mirándote con su mirada neutra.
— Ai, ¿¿estás bien?? ¿Qué era tan urgente?— Te apresuraste a tocar su frente por si estaba enfermo.
— Estoy bien— Habló tranquilo agarrando tu mano para que la alejaras de su frente— No pasa nada malo.
— ¿Entonces?— Le miraste más tranquila y sonriendo.
— Vamos a irnos al cine.
— ¿¿Ehh?? ¿Ahora?— Te sorprendiste por la repentina cita a la que tu novio te estaba llevando.
Te agarró de la mano y tiró de ti hacia la salida.
— Sí, ¿te vas a oponer?— Te miró por encima de su hombro.
