Pretty Omega ❀vk

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Con el paso de los días, todo parecía empeorar un poquito más para TaeHyung.

Después de que JungKook aceptara su oferta de convivir con él hasta que encontrara un nuevo sitio para mudarse, en un par de días se había trasladado a una pequeña habitación en su espaciosa casa. Llevó las pocas pertenencias que tenía y se instaló rápidamente.
El Alfa estaba cómodo con el chico pues por lo que podía ver era muy ordenado y limpio. Incluso a veces se tomaba la molestia de lavar su ropa, cocinar para los dos y se encargaba de limpiar todo lo que utilizaba.

Todo hasta allí era fantástico.

Pero luego comenzaron a aparecer uno por uno esos pequeños detalles que fueron clavándose como espinillas dentro de TaeHyung. Sabía que ni siquiera debía darles importancia pero no pudo pensarlo dos veces y actuar sino que a la primera sólo dijo lo que debía decir aunque luego llegara a arrepentirse.

A veces por la noche mientras miraba la televisión, veía al beta llegar cansado, arrastrando los pies y masajeando su cuello. Su instinto de inmediato intentaba obligarlo a levantarse e ir a preguntarle si sentía bien. De hecho en algunas ocasiones no amagó a hacerlo y fue sin pensarlo pero antes de llegar hasta él, captó mediante sus sentidos el intenso aroma a feromonas de distintos Alfas en sus ropas y se detuvo. Su orgulloso lobo le impedía continuar allí de pie a punto de perder su dignidad frente a sólo un beta más.

El fuerte hedor a excitación de otros hombres, Alfas, que seguramente pasaron la mejor noche de sus vidas viendo el cuerpo descomunal de JungKook y teniendo la suerte de besarlo y tocarlo le provocaba náuseas y se contenía cerrando las manos en puños. Le costaba comprender el por qué le importaba tanto a su lobo el hecho de saber acerca de la vida del beta. Lo que hacía o no, no era de su incumbencia pero entonces... ¿Por qué no podía ignorarlo como quisiera? ¿Por qué era tan difícil mantenerse quieto delante de él? Algo no andaba bien.

Por otro lado, JungKook continuaba trabajando en el club nocturno y debido a ello casi todas las noches llegaba a altas horas de la madrugada totalmente agotado y casi sin fuerzas. Anhelaba poder dejar ese empleo de una vez por todas pero según su contrato primero debía finalizar el mes para que su renuncia sea oficial y pueda entonces recibir su paga.

«Sólo son un par de días más. Tú puedes con esto, JungKook»

Una noche como cualquier otra, TaeHyung fue arrastrado por sus propios colegas al club para beber un poco y distraerse del trabajo diario. Al principio no iba a aceptar pero luego de mucha insistencia de todos, se dejó llevar y así terminó todo. Con Jackson y otro conocido de él llamado Min Yoongi. Un Alfa serio y frío que no paraba de beber whisky como si fuera agua del grifo. Mientras los dos bebían en el sector VIP, TaeHyung encendió un cigarrillo y empezó a fumar.

—¡JungKook! ¡JungKook!

—¡Que suerte que tuvimos esta noche! Vamos a ver a JungKook. ¿Nos acercamos? —sugirió Jackson sonriendo con entusiasmo.

—¿Quién es ese? —preguntó Yoongi.

—Es la mejor opción de todo este lugar. Si él te elige prepárate para vivir la mejor noche de tu vida, compañero. Ven vamos, seguro que tienes suerte y te elige.

Los dos Alfas se incorporan. TaeHyung se rasca la nuca y después de batallar duramente con sus pensamientos y los fuertes deseos de su lobo se levanta con ellos. 

—¿General Kim? Creí que no le gustaban los espectáculos de este lugar.

—No cambié de opinión, es solo que ahora estoy muy aburrido y no tengo nada mejor que hacer. Por esa única razón iré con ustedes.