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Durante los próximos cuatro días JungKook y TaeHyung no salieron de casa sino que pasaron la mayor parte del día en la cama. Sólo se levantaban para desayunar o tal vez pasar directamente al almuerzo y luego regresaban a la cama.

TaeHyung cumplió su promesa y compró un televisor para el dormitorio del Omega asi que cuando terminaban exhaustos una ronda de sexo, los dos pasaban el rato disfrutando de una película o una serie mientras recuperaban fuerzas.

TaeHyung ya estaba acostumbrándose a la calidez de JungKook. No se había dado cuenta pero al llegar al orgasmo y caer sobre la cama su cuerpo se movía solo y buscaba al Omega para abrazarlo y llenarlo de caricias mientras se tranquilizaban. Su Alfa se sentía en paz al estar cerca del Omega y no iba a negarse a si mismo poder disfrutar de ello.
JungKook se encontró sintiendo lo mismo que el Alfa aunque con mayor intensidad, pues él era muy conciente cuando lo abrazaba durante o después de tener relaciones y a TaeHyung parecía no molestarle asi que se aprovechó de su buen humor y lo disfrutó tanto como pudo.

Cuando el celo de ambos terminó volvieron a la rutina de siempre.

En las siguientes semanas después de esa, ninguno de los dos era capaz de verse durante el día debido al horario de sus trabajos que consumían la mayor parte de su tiempo, asi que sólo podían pasar un momento a solas y conversar a altas horas de la noche.

Desde que se conocieron las cosas entre ellos habían comenzado a cambiar un poco. JungKook aprendió mucho de TaeHyung, al igual que éste del pelinegro y si bien prometieron ayudarse mutuamente y sólo durante sus días de celo, tal vez se acostumbraron demasiado el uno al otro porque ninguno de los dos ha tenido contacto íntimo con otras personas después de eso. Ni siquiera el mismísimo TaeHyung.

Un viernes en la noche JungKook llegó exhausto de su trabajo, había sido un día muy agotador. Por la mañana tuvo que ir al hospital para hacerse un chequeo de rutina y también para que le receten nuevos supresores de Omega pero esta vez unos que se adapten a él; y más tarde trabajó doble turno ya que la cafetería estuvo muy concurrida en los últimos días. Por fortuna tenía el fin de semana libre gracias a que su jefa le concedió el permiso. Eso era un alivio.

TaeHyung todavía no había llegado a casa asi que fue a darse una ducha larga para relajarse y utilizó su nuevo jabón líquido para resaltar su aroma natural. Siempre había querido probar algo así pero jamás encontró la oportunidad para hacerlo sin sentirse incómodo. En aquel entonces pensó que no necesitaba llamar la atención de ningún Alfa ni mucho menos verse bien para uno. Pero tal vez ahora... era diferente.

Al terminar de ducharse se envuelve con una esponjosa toalla blanca y se detiene frente al espejo sobre el lavabo. Se cepilla los dientes, continúa con su rutina de cuidado de la piel y por último se aplica sólo un poco de su perfume favorito en el cuello. Mientras esparce la esencia por su piel, observa la enorme cicatriz de las mordidas talladas exactamente cerca de su hombro y cuello. Muchos recuerdos llegan a él y mira su reflejo en el espejo.

Oh... vamos sigue pequeña zorra...

Haz silencio, no me gusta que griten mientras follo...

Joder... lo haces tan rico, putita...

Todos los Alfas que lo habían marcado lo hicieron sentir como basura antes y después de terminar de tomarlo. En aquellos momentos sintió tanto asco de si mismo, esos hombres con los que se acostó por dinero los cuales no le gustaban ni le atraían, lo habían tocado por todos lados, no fueron gentiles ni delicados con él. Sólo hicieron lo que tenían que hacer. Se descargaban, lo maldecian, lo trataban como si no valiera nada y luego lo mordian dejándolo tirado en la cama, le arrojaban su paga sobre las sábanas y finalmente se marchaban. JungKook se recordó a si mismo llorando solo en un baño mientras se prometía una y otra vez que todo estaría bien y que esa sería la última vez que dejaría que lo traten asi.

Pretty Omega ❀vkWhere stories live. Discover now