Ojos vendados [GoYuu]

Capítulo 6

-¡¡Oh maldición!! ¡¡Mas!!- Gimoteaba Yuuji, su piel ardía, sus músculos se contraían involuntariamente, lo único que detestaba era el hecho de no poder moverse libremente, el hecho de no tener el sentido de la vista lo hacía aún más erótico y ohhh maldición, claro que si ¡¡Oh maldición!! había tenido la oportunidad de toquetear el cuerpo de su captor y ohhhh rayos, al simple tacto se daba cuenta de que estaba tallado por los mismos dioses.

No habían pasado más allá de toqueteos y sexo oral, solo para él, asumía que el secuestrador no quería exponerse a que le arrancara el pene de una mordida, así que no le permitió realizar el acto cuando Yuuji lo pidió. Cada noche, o lo que el asumía que era la noche, era cuando daba rienda suelta a sus suplicas de sexo y mas que encantado el secuestrador accedía. Pero no iba mas allá, él ya quería perderlo todo y no era complacido ¿Acaso ese maldito se estaba dando a desear? Si era así, vaya que lo estaba logrando. En cada momento se preguntaba ¿Cómo seria culminar el acto sexual con ese escultural cuerpo perfecto al tacto? Y por supuesto el odio hacia si mismo crecía de manera proporcional. Era mas que claro que sufría el síndrome de Estocolmo.

-Ya casi... ah ya casi- y así como cada noche desde hace dos semanas, Yuuji termino en la boca de Satoru y este felizmente no desperdicio nada de la esencia de su chico.

-Que erótico te ves lindura, me vuelves loco- Satoru acaricio lentamente el cuerpo debajo suyo. Como se moría de ganas de hacerlo suyo una y otra vez, pero debía ser precavido, debía hacer que Yuuji lo deseara al borde de la locura, si lo conseguía, el chico estaría en sus manos y mucho mas obediente, a un punto enfermizo... si esto fuera posible.

-Si eso fuera cierto ya me habrías jodido el culo- Le recrimino

-Oh ~Yuuji, que lascivo~ me encanta esta faceta tuya- Satoru se posiciono entre las piernas de Yuuji, aprovecho que este tenía ambas manos atadas a la cabecera de la cama, tomo sus caderas para acercar el trasero del menor a su miembro erecto y simular pequeñas embestidas para antojar más a su chico.

-Como te odio, de verdad te detesto- Su voz salió entrecortada ante las sensaciones recibidas en su cuerpo.

- ¿De verdad? Entonces debería alejarme de Yuuji-kun, ya que lo pongo incomodo- Se restregó aun mas y de una manera súbita se alejó.

-¡¡Noo!! Regresa-

-No, estoy dolido, Yuuji-kun dijo que me odiaba- Gojo arrastro una silla cerca de su cama y tomo asiento con semblante divertido. Podía observar cómo su lindo Yuuji se removía ansioso por sentir nuevamente contacto.

- ¿Y acaso no lo mereces? Después de todo me tienes aquí en contra de mi voluntad-

-Cierto... pero debes de saber que no sabia la manera de acercarme a ti, no tienes idea de cuanto te amo y lamento como te trate al principio, pero... no me arrepiento, es enfermo lo sé, pero puedo estar junto a ti, te puedo ver a cada momento del día, es todo lo que siempre quise. Debes de creer en mis palabras cuando digo que te amo- Se a sinceró el albino.