Ojos vendados [GoYuu]

Epílogo

Bien, como se los prometí y yo cumplo con mis promesas. Aquí esta el epilogo, espero que lo disfruten y me den su opinión.

El cuerpo de Yuuji empezó a temblar y de un momento a otro sintió un golpe de adrenalina. Con un movimiento brusco quito las manos de Satoru y le dio vuelta quedando sobre él albino, sujetando sus manos con toda la fuerza de la que era capaz.

- ¿Quieres dominar?... Yuuji~ que travieso- Se burló el albino.

-¡¡Cállate!! ¿Cómo me dijiste? - Pregunto casi gritando.

- ¿Eh? -

-¡¡¿Que cómo me dijiste?!!- Volvió a preguntar.

-Ammm ¿Bebé? - Respondió Satoru en tono de pregunta.

- ¿Cómo es que sabes? -

- ¿Cómo sé qué? - Le pregunto confundido el albino.

Yuuji no supo que responder y lentamente su agarre fue perdiendo fuerza, su rostro demostraba confusión. Por un momento creyó que Satoru era Yoru. Bebé... esa palabra con la cual lo llamaba Yoru resonaba una y otra vez en su cabeza y la forma en que lo toco se sintió exactamente igual que como lo hacía el.

-Amor ¿Que te sucede? ¿Está todo bien? ¿Te molesta que te llame así? Perdóname si hice algo que no debía- Empezó a disculparse el albino mientras llevaba una de sus manos al rostro del menor para acariciarlo en un intento de reconfortarlo.

-Es solo que... me recordaste al secuestrador- Admito Yuuji en voz baja.

-Amor... lo siento mucho, perdóname, no volverá a pasar- Gojo envolvió con sus brazos el cuerpo de su chico.

-No es tu culpa, soy yo, perdóname tu a mi ¿Te lastime? - Pregunto el menor revisando las muñecas del albino, en donde podían observarse unas marcas rojas.

-Claro que no amor... de hecho me gustó jajajaja verte un poco rudo... ya sabes- Guiñándole un ojo y robándole un beso al pelirrosa.

-¡¡Eres un pervertido!!- Liberándose de su agarre -Mejor sigamos viendo la película- Yuuji se acomodó y el albino lo imitó.

¡¡Ufff!! de la que se había salvado pensó Satoru, debía de ser más cuidadoso de ahora en adelante, un incidente así no debía volver a repetirse. Paso un brazo por los hombros de su novio y se alegró de que fuera tan ingenuo.