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25 de Agosto de 2015, Italia.

Mi mirada perdida.

La música ingresando a mis oídos.

La marca del vaso sobre la barra.

Mi mano derecha jugaba con la marca que había dejado el vaso sobre la  madera de la barra de aquel bar, mientras que la otra alimentaba mi cuerpo haciendo que el calor del wisky recorriera toda mi garganta haciendola arder.

El contacto del vidrio contra la madera indicaban que mi vaso se había quedado vacío al igual que otros.... ya perdí la cuenta de cuantos.

Mi semblante estaba serio y mi mirada fija en el anillo que se encontraba en mi dedo anular, haciendo que los otros dedos jugaran con él, moviendolo de arriba hacia abajo.

Dudas.

Incertidumbre.

Preguntas  y más preguntas.

Mi cabeza era un torbellino y mi corazón era ese hilo enredado al fondo del costurero que nadie quiere empezar a acomodar, porque cuanto mas estiras el nudo se cierra más y más.

El ruido del cristal apoyandose delante mío y seguido de la voz del barman me sacan de mis pensamientos para a penas reaccionar.

"Disculpa, yo no ordené esto"- Digo alejando el vaso, haciendo que el barman se de vuelta en mi dirección.

"No, él lo hizo " -Responde señalando a la persona que estaba sentada a dos taburetes de mi.

La imagen de aquel hombre podia jurar que era el vivo reflejo de como me estaba viendo yo hace unos minutos atras. Me permito observarlo detenidamente

La mirada perdida.

La mano aferrada a la copa.

Los brazos resignados sobre la madera.

Toda la vida me guié por la frase que mi mamá me habia inculcado "No hables con extraños" pero esa extrañesa fue la que esta noche me llamó tanto la atención, haciendo que mi genio no pudiera conmigo misma rompiendo el silencio.

"Noche dura" - Digo lo suficientemente alto para que se me escuchara, manteniendo la vista hacia el frente perdida entre las botellas de alcohol.

"Habla por ti" - Obtengo la respuesta más corta que alguna vez me dieron en mi vida.

"Tal vez, o tal vez por ambos"

"Mi noche es fantastica" - Me responde sin una mueca de alegria en su rostro.

"Ja, ya lo creo" - Suelto con una risa burlesca dandome indicio a que el alcohol estaba haciendo su efecto.

"Y, ¿Que crees?" - Pregunta al mismo tiempo que puedo ver por el rabillo del ojo como se daba vuelta en mi dirección, mientras que yo seguia inmutable.

"Creo que el alcohol no va a sanar las heridas de tu corazón roto" - Digo, aunque mas bien, pienso que esas palabras iban mas dirijidas hacia mi que hacia él.

La fórmula del amor | F1shots (Editando)Onde histórias criam vida. Descubra agora