seks

5.7K 819 894
                                    

Louis sintió algo pinchándole la mejilla. Adormilado, manoteó para apartar a lo que fuera que lo estaba molestando.

Frunció el ceño, aun con los ojos cerrados, cuando los toques siguieron insistiendo pero en su nariz. Balbuceó algo, apenas audible, y volvió a apartar la mano.

Se sobresaltó cuando empezó a sentir cosquillas en su cintura.

"¡ESTOY DESPIERTO, QUÉ PASA!" Exclamó, asustado. Abrió sus ojos de par en par, como dos platos grandes.

Se dio de bruces con unos ojos verdes divertidos y juguetones, que lo miraban con una sonrisa de hoyuelos.

"¿Qué haces durmiendo ahí?" Preguntó Harry.

Louis parpadeó, bastante aturdido en el suelo. El fuego seguía vivo, pero se estaba consumiendo.

El omega gimió y cerró los ojos, se frotó los ojos con sus pequeñas manos.

"¿Qué hora es?"

"De madrugada." Contestó el alfa. Harry ladeó su cabeza suavemente a un lado. "Tienes la cara llena de ceniza."

Louis despegó las manos de su rostro, avergonzado. "Oh no, ¿en serio?"

"Sí, justo—."

Alguien empujó a Harry a un lado. El olor de Edward entró en sus fosas nasales como agua a presión, sus pulmones se llenaron del olor a roble y limón. Edward parecía desaliñado, cansado y bastante furioso, aunque no con Louis. Sus ojos azules se bañaron en pánico al ver la sangre reseca en parte de su antebrazo derecho y algunas gotas en su rostro.

"Llama a Marcel." Le gruñó a Harry, quien bufó y subió escaleras arriba.

Los ojos verdes de Edward cayeron en Louis, quien lo miraba nervioso e inquieto. Ya había sentido el olor de Marcel enfadado durante toda la tarde y la noche, no quería que Edward se enfadara con él también. No quería que fueran como Thomas y le gritasen, o que lo obligaran a transformarse en lobo y lo amarraran con un trozo de cuerda a un tronco.

El alfa se agachó hasta él, hincado sobre una de sus rodillas. Edward era tan grande, fuerte y atractivo que incluso aterraba.

Louis sintió que pudo respirar normal cuando la gran mano de Edward, la tatuada con una cruz, bajó hasta la parte baja de su espalda.

"¿Por qué estás durmiendo ahí?" Su voz sonó mucho más suave y tranquila de lo que Louis esperaba. Edward no parecía irritado, ni molesto, ni siquiera inquieto. Se mantenía tranquilo, serio y con su característico ceño levemente fruncido.

Louis abrió un par de veces la boca, la verdad es que no sabía qué decirle. Ni siquiera él entendía el enfado de Marcel.

"Yo, umh—." Titubeó. "No lo sé."

"El suelo no es un lugar cómodo." Edward alzó las cejas. "No te entiendo. Te pido que duermas en la cama y tú eliges dormir ahí." Suspiró cansado, cerró los ojos un momento. "Odín, lo que daría por una cama ahora."

"Edward." Lo llamó, suavemente. Recibió un tarareo grave en afirmación, el alfa seguía respirando profundamente con los ojos cerrados. "¿Estás bien?"

Edward abrió los ojos.

"Estoy cansado." Confesó, suave y con un pequeño tono de ironía no hiriente. Rio desganado. "Muy cansado."

Louis asintió lentamente, porque la verdad no tenía ni idea de qué podría decir ante eso.

"Así que vamos a la cama." Murmuró Edward, golpeteó su muslo suavemente con pequeñas palmadas y se levantó. Dio media vuelta hacie el piso de arriba. "Y lávate la cara. Tienes ceniza por todas partes."

blåøyde omega ;; trillizos!stylesWhere stories live. Discover now