tjueen

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Era de noche y hacía demasiado frío.

Habían tardado mucho más de lo normal organizando las hierbas, y el paciente de última hora que habían tenido había llegado muy tarde. Hacía tanto frío que los dedos de Louis dolían, el omega sentía dolor cuando flexionaba sus dedos, el frío le quemaba las manos. Rob le había dado guantes de cuero para que sus pequeñas manos estuvieran protegidas.

"Es demasiado tarde para que vuelvas a casa solo." Le había dicho Rob. "¿A tus alfas les importará que te quedes?"

Louis lo miró.

"No." Respondió. "Confían plenamente en mí, no te preocupes."

Rob no se vio muy seguro, pero Louis insistió más y ganó la aprobación del médico.

La cama de Rob era más pequeña; era pobre, tenía pocas mantas y el colchón era bastante incómodo. Las sábanas estaban deshilachadas pero remendadas, pero a Louis le encantó el tacto que tenían, eran muy suaves. Cuando le preguntó a Rob el por qué conservaba esas mantas tan viejas, Rob le confesó que tenían un valor sentimental para él.

Se habían metido los dos en la cama. Rob le había dado a Louis unos pantalones suyos para mayor comodidad, y aunque eran muy grandes y Louis debía tirar de ellos hacia arriba, a Louis le encantaron. 

El frío los hacía tiritar, y Louis se acurrucó con él en la cama. Rob no lo tocó, sólo se quedó a su lado. Louis lo maniobró para buscar su propia comodidad, tiró de uno de los brazos de Rob para él poder acurrucarse en el pecho de su mejor amigo. 

El calor que desprendía Rob era muy parecido al que desprendían los hermanos. Los alfas solían desprender ese calor cuando buscaban calentar y acomodar a su omega, el instinto de Louis pidió olfatear a Rob y eso hizo. Louis nunca había olido el jazmín, pero se había convertido en uno de sus olores favoritos porque era el olor de Rob.

"Cuando era niño, solía acurrucarme con mis hermanos y mi madre." Murmuró Rob. "Hacía mucho frío, tanto que los labios se me ponían morados. Vivíamos en la miseria, pero lo vivíamos juntos. O hasta que murió mi madre, al menos."

"Nunca me he acurrucado con mi hermano." Confesó Louis. "Cuando éramos niños, yo le tenía pánico a la oscuridad. Iba a la habitación de Thomas y le pedía que me acompañase, él miraba en todos los escondites cada noche para asegurarse de que no hubiera monstruos. En las noches de tormenta, me daba la mano y no me soltaba hasta que me durmiese."

Nadie habló durante unos segundos, Louis escuchaba la respiración formal de Rob. Sabía que no estaba dormido, los silencios de Rob no eran causados por momentos de incomodidad, cuando él se quedaba en silencio era porque solía reflexionar sobre algo, o se preguntaba algo. Normalmente no lo decía en voz alta.

"A veces me pregunto" Murmuró el médico, con una voz muy baja. Su voz entonaba genuina curiosidad, y eso le provocó aún más curiosidad a Louis. "qué hizo que tu hermano cambiara de esa manera."

Louis también se lo había preguntado a veces, simplemente pensó que aquello era una espiral sin salida. Su hermano se cansó de cuidarlo, vio que Louis sólo le daba problemas y fue listo. 

"Tal vez las personas no necesitan un motivo para cambiar." 

"Las personas suelen salir adelante porque tienen motivos."

"Tal vez mi hermano siempre fue así." Dijo Louis, y Rob se quedó callado. "Tal vez siempre supo que yo no merecía la pena."

"Louis." Le advirtió Rob.

"Es la verdad." Sentenció el omega embarazado. "Mis padres siempre le decían que debía cuidarme, le comían la cabeza con eso desde que nací. Probablemente se cansó de cuidarme, vio que era una pérdida de tiempo porque yo no hacía más que darle preocupaciones. Cuando murió mi padre, después murió mi madre. Mi hermano tuvo que soportar toda la presión con sólo veintitrés años, y yo era un adolescente que acababa de perder a sus padres y no hacía más que darle dolores de cabeza. Él también perdió a sus padres, pero él tuvo que aguantar todo."

blåøyde omega ;; trillizos!stylesWhere stories live. Discover now