The Monster [EDITANDO]

Capitulo 5 - Solo una noche

Estaba todo obscuro en aquella habitación, con la única y perfecta luz de la luna, la cual iluminaba la habitación de una manera romántica. Se podía sentir el olor tan exquisito que salía de la cocina, una delicia de cena era lo que me esperaba en aquella mesa. Y aún lado de la mesa, esperando por mi, una sorpresa aún más grande. Ahí estaba, de pie, mirándome fijamente a los ojos, esperando con ansías a que yo me acercara, sin dudarlo me acerque. Nos sentamos en aquella mesa que tenía en ella una delicia de cena, una cena encantadoramente romántica.

Luego de terminar aquella bella escena, nos sentamos en el sofá, ambos con una copa de vino en mano. Mirándonos fijamente a los ojos, dejando notar aquel romance que se esparcía por toda la habitación. Luego de un rato en la sala, salimos de aquel lugar tan hermoso en el que nos encontrábamos, dejando atrás lo que en ella se encontraba, la cena y el vino, pero llevando con nosotros el romance que que habíamos comenzado allí.

En un momento de silencio, en el que estábamos ambos solos, tomo yo la iniciativa, y me acerco a el, poniéndole totalmente incómodo, tan cerca que podíamos sentir nuestras respiraciones, sentía como la de el se aceleraba, sin saber lo que se aproximaba, solamente cerramos los ojos, sintiendo que lo que sucedería, sería lo que enrealidad queríamos y soñábamos.

Ese momento, ese beso, un beso en el que simplemente no hubo errores, ni un momento incómodo, solamente nosotros dos uniéndonos, y deseandonos el uno al otro. Sin deshacernos de aquel perfecto beso, me levanto y lo empujo suavemente sobre la cama, quedando yo encima suyo. Deseándonos con ansias, comenzamos a tocarnos por ensima de la ropa, sintiendo y tocando cada parte de nuestros cuerpos.

Permito que comience para que se sienta seguro, mete su mano por debajo de mi camiseta, tocando mi pecho y mis pezones, bajando hasta llegar a mi pantalón, abre la correa y baja el cierre del pantalón, seguido de eso mete su mano y empieza a rozarme, con el suyo, tocándome y exitandome cada ves más y más.

Llega mi turno y simplemente le quitó la camisa y le bajó los pantalones, ya no podía esperar más. Tenía ganas de comensar y nunca terminar, comienzo a besar cada parte de su cuerpo, por el cuello, su pechó, su abdomen, y su V, beso su miembro, y lo volteo para bajarle la ropa interior, y admirar su trasero, lo beso y vuelvo a ponerlo frente a mi, admirando su perfecto pene, tanteo con mi boca y su miembro, mirándolo directamente a los ojos, mientras el me mira con ansias, introduciendo el comienzo de su pene, hasta llegar a su base, y repetir por mucho tiempo. Me volteo y coloco mi pene frente a el, mientra yo sigo con el del en mi boca, haciendo un 69, y el comienza a chupar toda el área de mi pene, con ansias y pasión, mientras yo hago lo mismo con el de el.

Seguimos así hasta que en el momento menos inesperado, siento como se retira debajo de mi, se saca mi pene y me dice "Me voy correr", no le doy importancia y continuo, hasta que llego el momento, y siento como corre ese líquido en mi boca, y el se estremece. En ese momento, comienzo yo a llegar a mi clímax, mientras el hace lo suyo, me corro en su rostro con total tranquilidad, al terminar me volteo y me recuesto a su lado.

Comenzamos a alejarnos el uno del otro, al terminar aquel momento, se acabó. Todo comenzó a ponerse más obscuro de lo que estaba, el suelo desaparecía a nuestros pies. Pareciera que el mundo había terminado, estaba aún frente a mi, pero comenzó a alejarse lentamente, cada vez más, más y más, hasta que sólo le podía ver a lo lejos, gritando mi nombre.

Todo había acabado con una tenue obscuridad. Y que cuando desperté, desperté de el más perfecto sueño que había tenido, el cual lamentablemente había contado con un final un tanto, deprimente.

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Me levanté exaltado, quedando sentado sobre mi cama, sintiendo como aquel sueño había sido demasiado real, incluyendo aquella sobrehumana despedida, dejándome saber que no podía estar con quien queria, que la vida no permitiría que eso sucediera. Después de haber llegado a una conclusión de tal magnitud, luego de tanto pensar, decidí recostare nuevamente, esperando encontrar el descanso que tanto necesitaba. Así sin más, volví a quedar completamente dormido, viajando en mi propio mundo de perfección.