★ CAPÍTULO 12 ★

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Parte II

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Parte II


Llego muy cansada a casa, el cuerpo me pesa un infierno, siento que ya agoté todas las energías que tengo en mi sistema pero lo que rescato del dia, es haber hablado con ella, haber disipado un poco mis dudas, realmente esto era lo que necesitaba para poder tomar decisiones y no voy a negar que me gusta la tranquilidad que tengo ahora.

Dejo las llaves de mi auto encima de la cómoda cerca a la puerta, el departamento está en completo silencio, ningún alma deambula por este lugar, camino hasta la sala de estar, observo a mi alrededor y aún así sigue sin haber nadie aquí, suspiro y me siento en el mueble blando, tapándome el rostro con las manos, respiro profundamente, buscando un poco de serenidad.

Alguien pasa por mi lado, levanto el rostro del golpe alarmada y me tranquilizo de inmediato cuando veo que se trata de Rex, quién está colocándose el saco de su uniforme, me da una mirada rápida y la desvía cuanto nuestros ojos se topan.

—Hola —saludo y sonrió, aunque la verdad siento que el está tenso y sin duda algo está pasando.

—Hola —responde seco.

Vaya, que cortante.

—¿Sucede algo? —miro a mi alrededor —¿Donde está Kenzie?

—En su habitación —es lo único que responde, me mira unos minutos y es como si dudara en decirme algo, se acerca a mi y me entrega un teléfono, teléfono que reconozco bien, la sangre se me baja a los pies, por lo que si antes estaba tranquila, ahora me encuentro tensa nuevamente —Quiere hablar urgentemente con usted jefa, dijo que era algo de vida o muerte.

No lo tiene que repetir y no lo pienso dos veces, cojo el móvil entre mis manos temblorosas, llevándolo a mi oreja, Rex hace el mago intento de retirarse pero se lo impido.

—Quédate, necesito que vayas a un lugar y después tenemos que hablar.

Asiente y vuelvo a respirar hondo, aprieto el botón desactivando la llamada en espera y escucho esa dulce voz a través de la línea telefónica.

—¿No es tarde verdad? —el oírla desesperada, hace que los ojos se me llenen de lágrimas y el corazón se me apriete en el pecho, aunque deseo reemplazarlo por alegría y esperanza de que al fin saldrá de ese infierno al que tanto se negaba a renunciar—Ayúdame, porfavor, sálvame Harleen.

Conecto mis cuerdas vocales, tratando de buscar las palabras correctas para mantenerla tranquila.

—No se preocupe, ya mismo van a traerla.

Escucho sus sollozos y lamentos ahogados al otro lado de móvil, y debo decir que estoy triste porque se me va partir el corazón cuando la tenga en frente y vea el sufrimiento en sus ojos, esos ojos que tiene esa persona a la que tanto quiero.

INSACIABLE ©  |+21|Where stories live. Discover now