INSACIABLE © |+21|

★ CAPÍTULO 13 ★

Soy de las personas a las que le gusta estar despierta por la noche, sinceramente, es donde me divierto más, pero lo que no me gusta después de desvelarme, es el sueño maldito que se aferra a mi, cómo ahora, después de estar toda la noche en el concierto de Alvin, los ojos me arden del sueño contenido, los párpados me pesan y  creo que me estoy volviendome loca, pues justo ahora, acabo de ver una bella, blanda y cómoda cama pasar frente a mis ojos.

Justo como el rollo cinematográfico de un cine.

¿Así se debía usar esa expresión?

Bueno, quizás no, pero ya me entienden.

Parpadeo y enfoco mi mirada asegurándome de que no sea una alucinación de mi sueño y... ¡si es una cama! porque el auto está pasando por una tienda de inmuebles y tapizados.

Suspiro.

¿esto es un tipo de venganza Dios? ¿estoy pagando algo que he hecho y yo no sabía?

Como si Dios te fuera a responder las preguntas que haces estúpida.

Pues no pierdo nada con preguntar.

Ajá.

Acomodo mí cabeza contra el respaldar del asiento y cierro mis ojos por unos minutos para tratar de aliviar el ardor en mis párpados, son las seis de la mañana exactamente, el concierto terminó hace una hora, pero como nos encontramos a las afueras de Londres, el camino de regreso se me está haciendo un poco largo.

La banda que cantó junto a Alvin en el concierto se encuentra en la otra camioneta que está delante de nosotros, ahora mismo nos estamos dirigiendo a la empresa de Mawell ya que según sus palabras "necesita hablar urgentemente con nosotros", el director de cine debe estar odiándome justo ahora, pues cuando nos dió el fin de semana libre antes de empezar las grabaciones, me advirtió que no me metiera en problemas y no atrajera la atención de la prensa, pero es lo primero que hice, aquí la señorita "todo lo tengo controlado" siempre termina cagandola cada vez que puede, en vez de llamarme Harleen Evans, debería llamarme Harleen pendeja, ya que para atraer problemas soy número uno.

Bueno, al menos esta vez duramos una semana de tranquilidad, estoy orgullosa.

Seeee, yo también.

Pero ahora como que ya no siento tanto orgullo, estás en un gran problemón.

Estamos mi reina, estamos.

—¿Cuánto falta para llegar? —pregunto.

Cody, quién está frente a mí, levanta la vista de su móvil y me mira, se rasca la barbilla como si estuviera pensando que responderme, abre la boca para decirme algo pero...

—No sé —es lo que dice y después suspira.

Trato de contener la risa pero esta se escapa de lo más profundo de mí garganta, haciéndolo reír a él también seguido de un Alvin medio dormido.