|| WITCH || Choi Chanhee

008

— Tienes que estar bromeando— solté luego de alejar mi mirada de aquella escritura en manuscrito, que momentos atrás Ji se había encargado de obligarme a leer.

— Conoces muy bien mi cara cuando bromeo, sabes perfectamente que no es el caso— y parecía tener un punto, su rostro permanecía neutral, muy diferente a cuando suele bromear sobre alguna cosa.

— Muchas personas tienen mi apellido Changmin, es imposible que yo sea precisamente esa persona. Es que.. ¡ni pensarlo!— me negué rotundamente a creer en aquello que, bajo unas hojas viejas, yacía escrito.

— Nabi— pronunció sentándome nuevamente en mi lugar luego de haberme levantado por la sorpresa— Tú eres descendiente, formas parte de esa familia— negué sin poder creerlo— Tú eres la poseedora de todo su gran poder.

— Estás loco, simplemente no.

— Te equivocas esta vez linda, realmente eres tú— afirmó mientras señalaba ligeramente el manuscrito.— Si no miré mal vendría a ser tu tatara tatara tatara tatara tatara tatara tatara tatara tatara tatara, y como unos cuantos tataras más, abuelo— informó con seguridad— Lo ví a través del cáliz mágico.

— Mis padres nunca me mencionaron nada sobre esto— tomé el libro viejo entre mis manos.

— Quizá no quisieron asustarte— atinó a decir mientras me animaba con su mirada.

— Hablaré con ellos al respecto, mejor dicho con mi abuela y abuelo— este asintió despacio— Pero el punto aquí es, si yo soy aquella poderosa descendiente.. ¿el objetivo de venganza soy yo? ¿siempre he sido yo?— en el rostro de Ji rápidamente se impregnó una mueca de preocupación.

— Se podría decir que si,... a decir verdad, toda tu familia está implicada, sin embargo, tú tienes ese poder de más heredado. Todos corren peligro ahora que esos chupasangre planean venir para acá.

— ¿Qué vamos a hacer?— mi mundo prácticamente había caído en picada. Sería una gran mentira decir que me encuentro bien y que no le temo a nada.

— Como te lo mencioné hace unos días, necesitamos entrenamiento, fortalecer nuestros poderes, y solo el profesor Kang puede ayudarnos.— asentí. Mi mirada segundos después logró perderse en un punto fijo.— ¿Nabi?— su llamado me hizo regresar en sí.

— Estoy bien— intenté sonreírle, pero lo único que conseguí fue brindarle una pequeña mueca.

— Yo sé que no— tomó mis manos por sobre la mesa.

— Tengo mucho miedo— admití mientras sentía el quebrar de mi voz. No pude evitarlo, me encontraba llorando frente a mi mejor amigo. Changmin no tardó en levantarse de su sitio para colocarse a mi lado.

— Lo sé— murmuró a la vez que me atraía hacia él en un cálido abrazo— Pero no estás sola— acarició mi cabeza con delicadeza— Quiero que tengas certeza de que siempre estaré junto a ti, en todo momento, no quiero que lo dudes.— habló en tono bajo, solo para mí. Sus palabras siempre han tenido un afecto tan reconfortante.

— Lo sé bien— hablé mientras me separaba lentamente— Si me dejas sola no dudes en que te convertiré en un renacuajo Ji— sorbí mi nariz, este rió al instante haciéndome acompañarle en el momento.

— Lo tengo presente Kim— añadió, para señalar con su dedo índice su cíen. Sonreí.