¡¡PAR DE MOCOSOS!!

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La primera noche con los niños fue un horror, en especial para Chūya.

El pequeño Ryūnosuke estuvo despierto durante el día, y en la noche, bastante quieto, durmiendo tranquilamente, envuelto en su frazada de Mickey Mouse que Dazai (fan de Mickey) le compró.

— Que bien se siente la tranquilidad, ¿Verdad, Chūya?

Se recostó sobre su cama a descansar.

Por su parte, el bebé albino lloraba a mares, sin hacerle saber a Chūya lo que necesitaba.

— ¡¡¿CUÁL TRANQUILIDAD?!! ¡¡LA TRANQUILIDAD SE TERMINÓ PARA MÍ Y TODO POR TU CULPA!! ¡AYÚDAME!

Por más que había "arrullado" al niño, éste seguía llorando.

— Eres muy tramposo, Chūya. ¿Cómo puedes ser tan brusco con un bebé? Lo arrullas muy fuerte. Sólo consigues asustarlo más.

Se levantó de la cama, y tomó al albino de la brazos de Chūya, para arrullarlo a su manera. Una incorrecta manera que funcionaba bien.

— Dazai. Cambiemos. Quiero a tu tu cosa llorona, y yo te doy el mío. Tú sabes cómo calmarlo. En cambio yo con Ryūnosuke, él ni siquiera da problemas.

Proponía pensativo. Dazai sonrió.

— No. Tú eres el papi de Ryū, no su mami. Así que, Chūya, confórmate con este pequeñín y ahora aliméntalo.

Se lo entregó.

— ¿Eh? No, mi orgullo, mi dignidad, no la perderé frente a tí...

— La perdiste hace nueve meses. ¿Quieres que te siga recordando?

— ¡Basta, no!

MAFIOSOS EN PROBLEMASOnde histórias criam vida. Descubra agora