SOUKOKU Y SUS PATITOS

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Dazai y Chūya se encontraban en la sede de la Port Mafia, en la gran habitación del jefe.

Mori los felicitaba por su nueva misión exitosa, aunque el par de jóvenes de casi diecisiete años estaban agotados y heridos. Debieron enfrentar a cien hombres que querían apoderarse de la paz de Yokohama y causar el caos, de alguna manera.
Una organización Francesa cuyos subordinados fueron derrotados por el Soukoku, a excepción de su ausente jefe, quien podría enviar nuevos subordinados desde Francia.

— Sabemos que ellos podrían volver. Es por eso que los necesito sanos y fuertes para su próximo enfrentamiento. Eviten jugar como aquellas veces, y busquen a alguien más para que cuide a los niños. Kouyou no lo hará.

En ese momento, la pelirroja entraba a la habitación con el par de niños del Soukoku, con un trajesito amarillo, de patito, y unas sandalias tipo pantuflas de color amarillo y suaves.

Ambos se acercaron a sus padres, caminando con su mejor esfuerzo. Atsushi cayó, pero logró levantarse pronto y llegar a dónde Chūya se encontraba.

— Mori-san, ¿Cree que los niños podrían ser usados por esa organización?

Preguntó Chūya, mostrando preocupación, sin notar que Dazai lo observaba con una tierna sonrisa, mientras atendía a Ryū.

— Es lo más probable. Por eso, sean discretos, Chūya-kun, Dazai-kun. No salgan de casa con los niños, hasta que el riesgo haya terminado.

💕

Una vez en casa...

Ryū y Atsushi no se querían bañar para no quitarse sus trajes de patito. No se miraban a sí mismos, pero les gustaba cómo me quedaba el traje al otro, y creían que se les miraba de la misma manera.

— Chūya, tomemos un baño juntos en la tina de al lado. Así, podríamos vigilar a Ryū y Sushito.

Luchaba con el azabache. Lo había desnudado, pero no lograba meterlo a la pequeña bañera. Ryūnosuke odiaba el agua.

— Vamos, Ryū. Puedes hacerlo... Sushito ya está disfrutando un rico baño.

Suplicaba. Chūya sonreía triunfante de que Atsushi, por única ocasión, no era más problemático que Ryū. Echaba shampoo con sumo cuidado en la cabellera del albino.
Le faltaba poco para terminar su aseo, sólo quedaba dejar que Atsushi jugara un rato en el agua con sus figuritas de hule.

— Atsushi, cariño, ¿Te diviertes?

— Shí, mami. Pa-titosh como yo. 

Respondió entretenido. Chūya sonrió.

Finamente, y después de un largo rato, Dazai consiguió bañar a Ryū.

Optaron por tomar su baño después de ir a dormir a los niños.

Se encontraban dentro de la tina, dentro de agua con burbujas, cómodamente. Se relajaban.

Cada uno en una orilla del lugar, recargándose y buscando el confort en el agua.

— Faltan dos días para el cumple de Ryū y Atsushi, Dazai. Y no podremos festejarlos... Culpa de esa organización...

Cerró sus ojos. Sintió el movimiento del agua, y la presencia de Dazai a su lado. Se había movido de lugar.

— Estoy triste por eso, Chūya. Pero es más importante la seguridad de todos nosotros. Es normal que te preocupes por nuestros niños.

— ¡N-No estoy preocupado! Sólo...

Dazai lo abrazó, sin motivo. Chūya ni siquiera se inmutó, y eso le pareció extraño.

— Hagamos cosas divertidas aquí, Chūya. Trae los patitos de Atsushi-kun y Ryū. Jugaremos como niños pequeños.

— ¿Eh? ¿Con patitos? ¿De hule? Deberíamos ir al bar, los mocosos ya se durmieron y...

— No. Chūya y la chibi se ponen mal con el alcohol.  Después piden cosas extrañas, que luego niegan. Yo propongo los patitos.

MAFIOSOS EN PROBLEMASWhere stories live. Discover now