Amanecía.
La familia dormía en la misma cama, unos sobre otros. Dazai despertaba.
Ryūnosuke despertó con medio cuerpo sobre Chūya. Sus piernas y pies estaban sobre el pecho del pelirrojo. Era algo inquieto para dormir.
Chūya abrazaba un osito de peluche que tenía desde su infancia.
Mientras que Atsushi, se acurrucó mucho junto a Dazai para dormir sin frío, también abrazando un peluche pero de tigre.
— Vaya... De tal enano, otro enano. Atsushi-kun y Chūya duermen de la misma manera. En cambio Ryū... No, su forma de dormir es peculiar.
Se levantó de la cama, siendo cuidadoso de no despertarlos, pero Atsushi abrió sus ojos nomás se movió y dejó de acurrucado.
— Papi...
Tallaba sus ojitos con ambos puños, bostezaba. Fue levantado por los brazos de su padre, siguiendo su cautela.
Caminó un poco al otro lado de la cama, donde cubrió a Chūya y a Ryūnosuke con el cobertor, quienes se acomodaron mejor para seguir durmiendo.
— Los piesitos de Ryū... Son tan blancos, su piel es muy pálida, ¿Estará enfermo? Atsushi-kun no está así... Los médicos dijeron que todo estaba bien...
Por un momento lo dudo, mientras salía de la habitación sin hacer ruido.
Logró llegar con Atsushi a la cocina, donde le sirvió un vaso con agua y lo ayudó a beber.
— Con calma, Sushito. Iremos al súper a comprar algo para un desayuno especial para mami y Ryū. Vayamos así en pijama.
Puso unas pantuflas ajustables en los pies de Atsushi, e iba a llevarlo de la mano, pero afuera había mucho lodo por la lluvia de la noche anterior. Suspiró con cansancio, teniendo que llevarse a Atsushi en brazos.
— Papi... No pode-mosh caminaa poque mucho agua ena tieda...
Atsushi se sujetaba bien de Dazai, y Dazai caminaba con precaución de no resbalar y caer. Había demasiados charcos de agua y lodo. Era un caos allá afuera. Difícilmente se podía salir caminando.
— Iremos despacio, Sushito. Dime, ¿crees que algún día pueda conquistar a Chūya? Digo, ¿Cree que mami Chūya me quiera?
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MAFIOSOS EN PROBLEMAS
Fanfiction[MPREG] Chūya y Dazai NO eran una pareja de enamorados aunque lo estuvieran, sólo se divertían algunas veces y más, cuando Chūya estaba bajo efectos del alcohol. Hasta que dentro de nueve meses... La cigüeña toca sus puertas.
