Capítulo Tres

550 54 4
                                    

El ambiente subía y Riss acariciaba la piel de los hombros de Danáe mientras los dedos de Danáe estaban enredados en el oscuro cabello de Riss, quien la tomó lentamente de la mandíbula y le plantó un casto beso
-Una semana, y serás mi omega oficialmente-le susurró Riss al oído provocando un fuerte calor en el interior de la omega
-Deberíamos...-empezó a hablar Danáe y Riss la calló con otro beso para después sonreírle y levantarse cargando a Danáe como si de cargar una pluma se tratase
-Debo ir a la prueba del buffet de la boda-dijo Danáe
-Y yo debo ir a ver miles de papeles sobre impuestos con mucha gente aburrida-contrarrestó Riss
-Suerte, eres la mejor reina-dijo Danáe mientras bajaba de los brazos de Riss y salía por la puerta.
Riss se alistó rápidamente y salió a la reunión que tenía, después tuvo otra con el área de salud quienes estaban en alerta por que recién se acababa el último caso de la extraña enfermedad que habían denominado "fiebre de la torpeza" pues a quien le afectaba, que a su mayoría eran omegas, le daba fiebre y un temblor constante en las manos junto a falta de equilibrio, convirtiendolas en personas torpes. La mañana llegó a su fin y en el almuerzo ni Harry ni Louis se presentaron, así que solo, Danáe y Riss almorzaron mientras Danáe hablaba de la diferencia entre la ensalada con pera y la que llevaba manzana mientras Riss asentía con la cabeza, pero su mirada estaba en un punto fijo
-¿Me estás escuchando?-preguntó Danáe
-Claro querida-respondió Riss
-¿Qué estaba diciendo?-preguntó otra vez
-Algo sobre, ¿peras?-respondió Riss y Danáe se levantó enojada de la mesa y se fue, Riss la siguió
-Amor, espera-dijo Riss y la detuvo tomándola del brazo
-Estuve hasta la madrugada buscando ideas para la boda y no te interesa-reclamó Danáe
-Perdón, ¿si? Se que te dejé hacer todo. Debo ayudar más-se disculpó la alfa
-No es fácil, Riss, tengo que planear la boda, responder a los invitados, hablar con la servidumbre sobre cómo hacer las cosas y...-estaba explicando Danáe y rompió en llanto
-No, linda ven-dijo Riss y la abrazó
La verdad Riss no había sido consciente de él estrés de Danáe estos meses, veía que ella podía con todo
Pero al parecer no era así
-Perdón, perdón, perdón-susurraba la omega mientras se aferraba a Riss
-No pasa nada, si necesitabas ayuda podías pedirme-le dijo Riss
-Necesito un médico-confesó Danáe y Riss se congeló
-¿Algo esta mal, amor mío?-preguntó Riss preocupada
-No he tenido un celo en estos últimos meses-confesó la omega y Riss rápidamente la llevó al ala de enfermería, donde un ginecólogo estaba esperando. Danáe entró sola a la pequeña habitación y Riss quedó afuera esperando
Sentía que le faltaba el aire
No entendía mucho de los celos, es decir, apenas entendía los suyos
Solo se aislaba y tenía mucho calor
Pero sabía que los de los omegas eran más complejos
-Majestad, puede pasar-dijo el doctor y al entrar un aura de tristeza pesaba en el lugar
-Okay, tengo noticias para ambas-dijo el doctor mientras se sentaba en el sillón del consultorio

InviernoWhere stories live. Discover now