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Ya entrada la mañana, llegaron a la madriguera de los Weasley. Era una pequeña cabaña a la que se le fueron añadiendo habitaciones y terminó siendo de unas cuatro plantas.

Una vez que aparcaron el coche fueron entrando uno a uno a la casa. Primero uno de los gemelos seguido de Harry, Ron, y finalmente el otro gemelo (sorry pero después de años sigo sin saber diferenciarlos). Era una casa acogedora repleta de magia. Había sartenes que se fregaban solas, escobas que barrían por su cuenta, e incluso un reloj que marcaba donde se encontraba cualquier miembro de la familia de pelirrojos en cualquier momento.

-Ron: No es mucho, pero es un hogar.

-Harry: Para mi es lo más.

Harry continuó observando la casa deteniéndose a mirar como mágicamente una bufanda se tejía solo. Pero toda la tranquilidad se esfumó cuando el grito de la señora Weasley retumbó por el lugar.

-Molly: ¿¡Pero dónde os habéis metido!?- preguntó enfadada- Harry, cuando me alegro de verte- añadió con amabilidad y una gran sonrisa mientras que miraba al chico- Las camas vacías, ni una nota, ¡Ni el coche!- volvió a mirar a sus hijos- Podríais haberos matado, os podrían haber visto- volvió a mirar al Potter- Perdona Harry, esto no va por ti-.

-Ron: Lo estaban matando de hambre- Los gemelos asintieron de acuerdo- Hasta le pusieron barrotes-.

-Molly: Espera que no ponga yo barrotes en tu ventana, Ronald Weasley- Ron tragó grueso- Vamos Harry, tienes que desayunar.

Una vez que estaban todos sentados en la mesa, unos pasos apresurados se escucharon bajando las escaleras. Poco después apareció una niña pelirroja que, al ver a Harry y recibir un saludo de este, agrandó los ojos y sin pensarlo dos veces, subió corriendo de nuevo las escaleras.

-Harry: ¿Qué he hecho?

-Ron: Ginny, lleva todo el verano hablando de tí, la muy pesada- rodó los ojos-.

-T/N: Oye, a mi mini zanahoria me la respetas. Díselo Harry.

-Harry: No.

-T/N: Diseloo.

-Harry: Cállate.

-T/N: Me aburres. No te sorprendas si algún día cobro venganza hacia ti por hacer que mis días sean tan aburridos.

Poco después, un hombre a quien Harry no había visto antes, aunque supuso que sería el señor Weasley, atravesó la puerta principal saludando a su familia.

-Ron: Le encantan los muggles- le dijo a Harry cansado ya de la obsesión de su padre-.

-Arthur: ¿Y tú quien eres?- Le preguntó al pelinegro nada más sentarse en la mesa-.

-Harry: Oh, discúlpeme, soy Harry, señor, Harry Potter.

-Arthur: No me digas, ¿Eres tú?

-T/N: ¿Pues no que te lo acaba de decir?

-Arthur: Vaya, Ron nos ha hablado mucho de ti, si, ¿Cuándo ha llegado?

-Molly: Esta mañana. Tus hijos han hecho un viajecito de ida y vuelta, volando, a Surrey está noche, querido.

-Arthur: No me digas, ¿y que tal se ha da...?- fue interrumpido por su mujer- Quiero decir, eso ha estado muy mal, hijos míos, muy pero que muy mal. Escucha Harry, tú debes saber mucho sobre muggles, dime, ¿Cuál es exactamente la función del patito de goma?

-Harry: Oh, pues...

Fue interrumpido por el ulular de un búho, Errol, que al llegar, en vez de entrar por la ventana, este se estampó contra esta, ganándose así una mirada de desaprobación por parte de la señora Weasley. Percy, el tercer hijo del matrimonio, se levantó a recoger el correo.

-T/N: Mira Harry, ese pájaro tiene la misma inteligencia que tú, y además parece miope. Yo creo que os vais a llevar muy bien.

-Harry: Cállate.

-T/N: ¿Es que solo sabes decir eso? Cállate, CÁLLATE.

-Harry: Cá-lla-te.

-Percy: Mirad, son las cartas de Hogwarts, también viene la de Harry- le entregó a cada uno la suya-.

-Arthur: Dumbledore debe saber que estas aquí, no se le escapa ni una- miró a Harry-.

-FoG: Esto no va a ser barato, mamá, solo los manuales de hechizos son caros.

-Molly: Nos apañaremos.

Después de hablar un rato, decidieron que sería correcto ir al callejón Diagón a comprar el material para el nuevo curso escolar. Decidieron usar la red flu ya que sería mucho más rápida. Harry, al no saber como funciona, dejó paso para que Ron fuese primero. Este pronunció "Callejón Diagón" y enseguida fue envuelto en unas fuertes llamas verdes. Después fue el turno de Harry que, al coger un puñado de polvos flu, se dispuso ha probar pronunciando "Callejón digón" en vez de lo anterior. Pero de igual manera fue envuelto en aquellas llamas esmeraldas.

-Molly: ¿Como lo ha dicho?

-Arthur: Callejón digón.

-Molly: Eso me ha parecido a mi- dijo con disgusto-.

La Hermana De Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora