Arreglar las cosas.

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Regrese a casa, estaba triste, estaba sola, no tenía a nadie que pudiera ver, tenía que esperar hasta mañana y ver si mi hermanita de 15 años no tenía planes con sus amigas para que pudiera pasar el día con ella.

Ni siquiera me había dado cuenta de que mi madre no estaba, pero cuando baje a comer y pregunté por ella me dijeron que ha la salido con la señora Schmidt.

Me sentí sola en el comedor así que tome mi plato y entre a la cocina, Jason estaba comiendo en en la barra, inmediatamente se levantó.

Tu: no te preocupes, sigue comiendo, ¿Te molesta si me siento contigo?

Jason: para nada -me senté frente a él

Tu: me sentía sola -al menos aquí estaba con mi Guardaespaldas y la cocinera, la cual no prestaba atención a menos que la llamaras.

Jason: a decir verdad creo que tiene una de las casas más solitarias que he visto

Tu: ¿Ah sí? No creo que seamos una familia tan pequeña

Jason: no, pero se siente vacía, he visto casas más grandes, con familias más pequeñas y se siente más felicidad que aquí -torcí una sonrisa, él se refería a que no era un hogar, no se sentía así de ninguna manera, tenía razón

Tu: me fui de esta casa a los 12 años, dejo de sentirse como un hogar desde entonces

Jason: quizá su próxima casa se sienta como un hogar, junto a su esposo

Tu: espero que sí, es tan grande como está, pero nosotros solo somos dos, aún así habrá más felicidad que aquí... ¿Tu encontraste tu hogar? Con tu esposa

Jason: si, lo hice, yo siempre me he sentido feliz donde sea que esté con ella, pero hace un año logramos comprar una pequeña casa, dónde crecerán nuestros hijos, ese es mi hogar

Tu: ¿Tu felicidad siempre ha estado con ella?

Jason: si -sonrió- ¿Usted encontró su felicidad con el señor Schmidt? -me quedé pensando

Tu: encontré tranquilidad en él ¿No es así la felicidad?

Jason: es parte de ella, pero son muchas más cosas, quizá aún son muy jóvenes para darse cuenta -me quedé sería- no digo que este mal que se casen jóvenes, de haber podido me hubiera casado con mi esposa desde que la conocí, pero quería acomodar mi vida primero y si ustedes están cómodos pues adelante

Tu: tranquilo, si somos muy jóvenes... ¿A qué edad conociste a tu esposa?

Jason: teníamos 17, éramos vecinos, nos gustabamos, pero tomamos caminos diferentes por muchos años, nos reencontramos a los 25 -continuó contándome- yo no estaba pasando una buena racha en esos momentos, así que no le pedí que fuera mi novia hasta unos años después, cuando fui arreglando mi vida le pedí matrimonio.

Tu: ¿La amabas desde que se reencontraron? -asintió- ¿Y porque no estar juntos? Mientras salias de tu mala racha

Jason: siempre he pensando que debes trabajar en tus cosas antes de iniciar cualquier relación con alguien, después de todo vas a compartir vida con ese alguien y no quieres que cargue con tus problemas -volví a quedarme sería- perdón, creo que no la estoy ayudando con lo que digo

Tu:es todo lo contrario en realidad -le sonreí- tenemos que salir

Jason: claro

Tu: puedes terminar de comer, iré a cambiarme -asintió y yo me levanté dejando aún un poco de comida.

Había decidido ir a ver a Logan, le entregaría la invitación, incluso si decidía no asistir a la boda esta sería mi despedida. Estaba en pants, no quería verlo así, quería lucir bien, tampoco quería llamar su atención de ninguna manera, pero quería verme bien, aunque nada me gustaba ¿Que debía ponerme?

Saque muchas cosas de mi closet hasta que encontré un lindo vestido, era negro con flores blancas y de tirantes, no era muy corto, con una chaqueta encima quedaría bien. Me puse algo de maquillaje, tome mi bolso dónde venía la invitación y después baje, Jason ya estaba en el auto, me abrió la puerta y antes entrar me pare frente a él.

Jason: ¿Pasa algo?

Tu: Jason... Esto es algo muy personal, mis padres no pueden saberlo ¿Aún puedo confiar en tu? -lo mire a los ojos.

Jason: por supuesto, no diré nada -me sonrió, era una sonrisa genuina, le entregué el papel que la señorita Mariel había escrito, asintió y yo entre al auto.

Mis manos sudaron todo el camino, mi corazón latía desesperado, quise flaquear en demasiados momentos, la voz de la señorita Mariel se repetía en mi mente como un disco rayado, diciendo que no era fuerte.

Respiraba muy fuerte, intentando calmarme, tenía miedo de desmoronarme al verlo, en año nuevo estaba rodeada de gente que me mantenía de pie, pero yo sola frente a él era diferente ¿Cómo me aguantaría las ganas de querer besarlo o simplemente abrazarlo?

No sabía dónde íbamos a parar, lo había dejado una vez en su casa pero no había puesto atención de dónde estábamos, cada vez que grabamos sentía que sería ahí, pero no. Llegó el momento en que el auto se detuvo, mire a todos lados queriendo saber que lado de la calle era.

Jason: es ahí -señaló el edificio, 4 pisos, viejo y descuidado, me quedé mirándolo unos momentos, aún no me sentía capaz de bejar del auto, ni de moverme- señorita ____ -lo mire por el retrovisor- imagino que está es una de las cosas que debe arreglar antes de casarse ¿No es así? -asentí

Tu: si, lo es, pero no sé si pueda -volví a mirar el edificio.

Jason: claro que puede, usted es fuerte y puede hacerlo que quiere, pero igual si cree que no es momento no se presione -me agrado escuchar a alguien decirme que podía hacerlo, que no era débil, definitivamente me hubiera gustado hacer esto en otro momento, pero no tenía otro momento era ahora o nunca.

Tu: espérame aquí, por favor -él asintió, baje del auto y entre al edificio, había un hombre mayor en una especie de cubículo, me miró intrigado desde que entré, pero no dijo nada- hola

Señor: ¿Necesita algo? -lo pregunto pero no de una manera muy amable

Tu: quisiera saber si vive aquí Logan, Logan Henderson

Señor: tercer piso a la derecha -dijo eso y se volteo.

Tu; okay, gracias -no respondió, comencé a caminar, las escaleras estaban hasta el fondo.

Respiraba profundo cada escalón que subía, estaba verdaderamente nerviosa, mi corazón se escuchaba demasiado, era un lugar demasiado callado, hasta llegar al tercer piso comencé a escuchar un poco de música, parecía venir de su departamento.

Cuando estuve justo en su puerta me quedé parada, mire hacía atrás, aún podía irme, pero tampoco quería hacerlo, así que me arme de valor y toque.

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