𝕮𝖔𝖘𝖈𝖎𝖓𝖔𝖈𝖊𝖗𝖆 𝖍𝖊𝖗𝖈𝖚𝖑𝖊𝖘

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No podía escribir con su mano izquierda. Era diestro. El zurdo era Mingyu.

Mingyu, que no estaba en su asiento, detrás de él, porque de nuevo había faltado a clases.

Le había mandado alrededor de ocho mensajes y su amigo no respondía. Incluso, en un momento entre clases, le había marcado al celular. Pero Mingyu nunca contestó.

Su preocupación normal de que algo le hubiera pasado estaba mucho más incrementada gracias a que tenía la particularidad de saber cuándo algo iba mal. Aparte de que lo había visto directamente.

Con Mingyu las cosas estaban cayendo por la alcantarilla.

Se tocó el estómago pues había tenido náuseas desde la mañana. Pero no vomitaría, nunca lo hacía a menos de que la situación fuera mucha para él, como los sucesos del día anterior. Observó su mano y muñeca derecha enyesada. Al final, sí se la había fracturado.

Agradeció que nadie le preguntara nada. Habría tenido que mentir, porque no podía simplemente decir «Un espíritu maligno y lleno de odio me tomó de la muñeca y de alguna manera me la terminó rompiendo».

Nadie le creería. Sólo Junhui, y él aún no se enteraba de nada. Era jueves, el día anterior había sucedido todo aquello como una cortina de humo que se le escapó de las manos antes de darse cuenta de que la intentaba atrapar de forma inútil. Minghao no había querido preocupar a su amigo, pero también era consciente que Mingyu necesitaba ayuda "profesional".

Y esa era la de un médium nato. Aunque su amigo fuera un mocoso de 16 años al cual sus dones le daban dolores de cabeza, visiones perturbadoras y sentimientos amargos que capturaba de las otras personas. Pero también tenía sus ventajas.

Jun encontraba siempre las cosas que parecían pérdidas, Jun aliviaba los sentimientos de pena de los demás cuando dejaba fluir su propia energía de manera sanadora, Jun sabía cosas que los demás no. Pero sobre todo, Jun había ayudado a partir a varias almas que se quedaban atrapadas aquí y tenía un poder sobre el mundo espiritual que los demás no tenían.

Minghao apenas y pudo alejar al espíritu con una oración y pura obstinación.

Jun era el que tenía el verdadero poder de deshacerse de esa cosa y ayudar a Mingyu.

Porque si Minghao lo vio con sus ojos de humano relativamente común, eso significaba que esa cosa había adquirido la suficiente fuerza (por alimentarse de la energía y aura de Mingyu) para que fuera muy tarde para recurrir a la opción de que Mingyu se mudara de ahí así nada más.

Lo seguiría a cualquier parte. Se le había pegado como un parásito.

De todas maneras, sabía que estaba arriesgando a Jun. Y a Mingyu. Incluso a Wonwoo. Los estaba arriesgando a todos, porque ellos tenían un cuerpo físico y ya. Su cuerpo espiritual no lo podían controlar, sólo Junhui y apenas y estaba aprendiendo a hacerlo. Pero los espíritus podían controlar ambos cuerpos, el físico sólo en caso de adquirir fuerza; y esa cosa del departamento ya la tenía.

Aún así, tenía que contarle a Junhui de lo que vio. La imagen de ese hombre, con el cuello torcido y la piel amoratada. Las ropas de un empleado de oficina común, descalzo, con agua corriendo por su cuerpo como si fuera un ahogado.

"Pero no murió de esa forma"

Se había vuelto tangible en el baño. Ahí tenía poder.

"Ahí debió morir"

La visión de ese espíritu le quitó el sueño. Ahora entendía mejor a Junhui y porque su amigo solía estar muy perturbado a veces. Era desagradable, por decir poco. Sentirlos era una cosa. Verlos... No estaba preparado para eso.

Impaled Butterfly (WonHui/GyuHao)Where stories live. Discover now