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Baz

Simon entra completamente empapado y no logro aguantarme la risa, creo que le cae mal al clima o algo parecido, juro que si la próxima vez que lo vea también se mojó por la lluvia no me voy solo a reír.

Agatha se ve helada y él también, dudo que alguno de ellos se haya esperado estar en esta posición, pero a mi no me importa, no planeo amargarme la noche solo porque ellos ya no sean novios, así que me levanto de la mesa y me acerco a él.

— ¿Por qué no me sorprende verte así? — Le termino diciendo, en cuento me escucha se voltea a verme y cambia su expresión casi por completo, la angustia casi ha desaparecido y la ha reemplazado una tranquilidad que le queda mucho mejor para su rostro.

— No creas que cada que te quiera ver voy a estar así. — Nos reímos únicamente nosotros, Agatha sigue igual que hace unos momentos, pero ahora solo fija su mirada en mí.

— ¿Vas a querer algo, o solo llegaste porque sabes que no te voy a correr? — Le digo con un tono de sarcasmo que solo me divierte y parece que no le molesta a Snow, en realidad solo me sonríe, había olvidado lo linda que era su sonrisa.

Pero en lugar de contestarme algo, voltea a ver a Agatha y le dice.

— Si te incomoda que esté aquí puedo irme, no es problema. — No lo dice de mala gana, se le puede notar en la voz, como si lo dice de la manera más sincera posible, ya no me ve y me entristece un poco no poder tener tanta atención de él como la tiene Agatha, la mira con unos ojos de ensueño pero algo cambió desde la última vez que los vi juntos, la otra vez la veía de la misma manera pero con un ligero tinte de preocupación, como si no quisiera alejarse de ella, pero no había amor en su mirar, vi como es una mirada de amor, Penny y Sheppard se veían así, esa noche descubrí como se ve una pareja de enamorados de verdad, es una mirada tan pura que pareciera irradiar su propia luz, es tan hermoso que a veces duele, bueno quizá solo duele si no tienes a nadie y comienzas a envidiar un poco lo que tienen, pero Simon y Agatha, ellos quizá alguna vez fueron tan iridiscentes como el sol, pero ahora no queda nada de eso en la forma en que se ven. Por su parte Agatha lo ve con una mirada de hielo, y él solo la ve, no logro descifrar su mirada del todo, pero la ve con nostalgia.

— Si te vas ahora sí te vas a enfermar, así que más te vale que te quedes. — Le dice Agatha, pero no lo ve más, se concentra en su latte y solo vuelve a levantar la mirada para verme. — ¿Quieres acompañarme a algo muy random el viernes Basie? —

— Depende ¿Qué tan random va a ser?

— Mucho, Niamb me regaló unos boletos para un concierto pero no quiere ir, se los dió el dueño de la gata blanca con negro.

— Esa gata es tan linda, como sea ¿De quien es el concierto?

— ¿Vienes o no?

— ¿Si no voy no me dices?

— Tienes que ir o sino nunca sabrás de quién es el concierto, pero si no vas te habrás perdido quizá la cosa más random que podrías haber hecho en muchos años. — Me ve con esa mirada suya a la que nunca me puedo resistir, es como si me incitara a hacer una estupidez de la que afortunadamente no me arrepentiría y lo mejor es que ella estaría allí para hacerlo todavía más inolvidable, por un momento olvido que Simon está aquí, hasta que volteo un poco y lo veo tiritar.

— Te espero en mi casa, no llegues tarde.

— Allí estaré no te preocupes, más te vale a ti estar listo cuando pase por ti. — Me sonríe dulcemente y me sigue con la mirada mientras pongo la calefacción para que ya no haga frío, Simon solo se queda allí, pero me lo agradece con la mirada.

Bajo las lluvias de Londres (Editandose)Kde žijí příběhy. Začni objevovat