Capítulo 13

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El ruido de la pistola retumbó en los tímpanos de la niña por unos segundos.

Madison abrió ligeramente los ojos cuando observó que la bala había impactado en el costado derecho de Robert, casi a la altura de su abdomen. No sabía en qué momento se había movido para que la bala le diera en esa parte, pero la niña ni siquiera estaba apuntando ahí, sólo quería asustarlo para que soltara a Barry.

Sí, Robert no estaba ahorcando al velocista, -es más poco a poco el castaño estaba llenando sus pulmones de aire- pero, ahora, había mucha sangre.

El lugar se quedó en silencio, su progenitor cayendo de espaldas y agarrando la herida que su hija biológica le había ocasionado.

La niña estaba en estado de shock, observando la desastrosa escena.

"¿Qué he hecho?", pensó al ver que el piso debajo de Robert comenzaba a llenarse aún más de sangre.

—Maldita niña —escuchó el susurro del hombre para luego ver cómo cerraba sus ojos y dejaba de moverse.

"¿Lo maté?", aquel pensamiento la sacó de ese estado de conmoción, aunque no completamente.

La niña dejó caer la pistola y corrió hacia donde estaba el hombre. De inmediato se arrodilló al costado de su ensangrentado progenitor, no dándose cuenta de que su pantalón se manchaba de aquel líquido rojizo.

—No, no, no —expresó con desesperación. En un intento de que dejara de sangrar, colocó sus pequeñas manos sobre la herida. Sus lágrimas le nublaban la visión mientras el miedo, el remordimiento y la preocupación invadían su sistema.

»!Barry! —llamó con urgencia. Al ojiverde le tomó tres segundos reaccionar e idear un improvisado plan. Esto no se suponía que debía de suceder. —Lo maté. Lo maté —Madi repitió hecha un desastre, pasando su manchada mano por su rostro para secar sus lágrimas y así poder enfocar su vista.

El chico rápidamente tomó el pulso del hombre y, para la suerte de todos y por el bien de la niña, aún tenía. —Madison, no está muerto —aseguró, agarrando las manos de la menor para que dejara de hacer esa pequeña presión en la herida.

»Madi —El velocista se colocó de rodillas frente a la abrumada niña y sostuvo los costados de su cabeza, obligándola a verlo —Hey, respira —indicó el muchacho.

La castaña no pudo evitar observar de reojo al cuerpo ensangrentado de su progenitor.

»Madison, sólo mírame a mí —ordenó y la ojiverde le hizo caso —Necesito que te calmes, cariño, así puedes ayudarme ¿de acuerdo? —Barry expresó con suave voz.

La castaña se obligó a tomar una respiración profunda y tratar de tranquilizarse.

"No está muerto" "No está muerto", repitió las palabras de Barry como un mantra hasta que sintió sus pulmones llenarse nuevamente de aire.

»Eso es pequeña, muy bien —el muchacho alentó —Ahora, ¿sabes cómo se sacan estos brazaletes? —preguntó con cautela.

Madison hurgó en su memoria y asintió luego de unos segundos. Sabía que la conmoción seguía arraigada a su anatomía, pero estaba haciendo todo lo posible para ayudar, para solucionar el desastre que ella misma había ocasionado.

—S-su huella dactilar —susurró y observó que el chico le daba un pequeño asentimiento. Con rapidez Barry se acercó al hombre y limpió su ensangrentada mano con su camisa

—¿Dedo índice? —preguntó y Madison asintió. Luego de un segundo, Barry acercó gentilmente la pequeña mano de la niña e hizo lo mismo que con el brazalete que él tenía hace unos segundos atrás.

Innocent Blood II : Changes [The Flash]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora