Meliodas es el típico chico millonario que es arrogante, promiscuo y un idiota de semblante frío que cree que tiene toda su vida resuelta con sus numerosas mujeres, una casa enorme, sirvientes y dinero a montones.
Pero el destino es impredecible y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Caín! ¿¡Qué demonios le pasó a mi auto!? -Apenas comenzaba su día y ya estaba furioso.
El adulto se acercó a él con calma y suspiro antes de contestar. -Joven Meliodas, lamento las molestias pero su madre me ordeno no darle el auto hasta q-
-¡No me jodas ahora! -, interrumpió al escuchar la palabra "ordeno". -No pueden hacerme esto ni tampoco llegar al extremo de quitarle las llantas a mi bebé.
Caín se cruzó de hombros confundido. -Joven Meliodas, es que no lo entiendo. ¿Por qué no quiere que yo lo lleve hoy?
-Quería pasar por alguien -confesó mientras inflaba los cachetes. -Y ahora no podré ni recogerme a mi mismo.
Mael rodó los ojos al escuchar sus quejidos. -¡Que dramatico an-
Pero no logró insultarlo ya que Meliodas estaba haciendo una rabieta mientras bufaba y pataleaba como un bebé desesperado haciendo que tanto el chofer como su primo se quedaran boquiabiertos ante tal acción.
-¡Mi auto, mi auto, mi autooo! Mi bebé no tiene llantas -lloriqueaba sin dejar de patalear hasta que Caín carraspeó y hablo sin tener otra alternativa.
-Será mejor que nos apresuremos jóvenes, falta muy poco para que en-
-¡No me iré sin mi auto!
-Tranquilo Caín yo cargaré al enano berrinchudo hasta el auto. Así es siempre, se comporta como niño chiquito.
-No puedo creer que este día comience de la mierda -bramó. -¡No puede empezar de esta manera tan horrible!
-Joven Meliodas, creo que esta siendo un poco exagerado.
Meliodas tallo sus ojitos amenazando dejar caer unas cuantas lagrimas. Mael abrió su mochila al notarlo.
-Solo hay dos cosas a las que Meliodas no puede resistirse Caín... -, de su mochila sacó una bolsa negra. -A los dulces y a la cerveza de Vania.
-¡Dulces! -exclamó con emoción olvidando por completo su rabieta. Caín soltó un respingo de sorpresa y vio como Mael le entrego la bolsita a Meliodas sin objetar nada y haciéndolo callar. Por fin.
-Si se pone de intenso le compramos la cerveza -Caín asintió. -Aprovechemos para meterlo por la fuerza al auto.
[ 🥀 ]
-¡Cuéntanos cómo te fue con Helbram, Elaine!
La rubia sonrió ampliamente mientras un leve sonrojo ser formaba en su rostro. -Increíble, sus anécdotas son muy divertidas -las demás suspiraron felices de verla contenta con otro chico que no fuera Ban.