Harry Potter y la espada del héroe || Trilogía del héroe 1 ||

Capítulo 13

Capítulo 13 || Los buenos tiempos y las verdades

La amistad es el hilo dorado que une todos los corazones

-Desconocido

La semana siguiente en Hogwarts fue una de las más difíciles que Harry había tenido que enfrentar. Todo el mundo estaba tratando de recuperar lo que Voldemort había robado, tratando de recuperar la normalidad que era sus vidas, mientras que al mismo tiempo sabían que estaba perdido para siempre. Todos fueron cambiados ... la muerte hizo eso.

Harry vio a los estudiantes moverse de un día para otro sin rumbo fijo. Algunos parecían perdidos, otros asustados y algunos simplemente se habían ido. Vio a la joven que perdió a sus padres una o dos veces y en ambas ocasiones parecía estar en otro lugar, sin mostrar ninguna emoción, sin importarle adónde iba a continuación. Seamus estaba poniendo una cara valiente ante la multitud después de la pérdida de su tío, pero Harry podía decir que estaba tan asustado como todos los demás, más porque el golpe lo había golpeado cerca de su casa.

También hubo otros. No había sido solo Gryffindor el que había sufrido. Los estudiantes de cada casa habían perdido a alguien, incluso a Slytherin. Era un día tan tranquilo en la escuela que a Harry le costaba creer que más de mil personas residieran en el castillo.

Y Harry pensó que, por alguna razón desconocida, Ethan había sido el más afectado por el ataque. Se había acostumbrado a sentarse solo todo el tiempo y hablar solo cuando se le hablaba. Era como si se hiciera responsable de la masacre. Pero entonces, ¿por qué debería ...?

Pero como tiene la costumbre de hacer, la vida siguió. Todos seguían asistiendo a sus lecciones, seguían adelante, y la mayoría esperaba con ansias el fin de semana navideño de Hogsmeade como una oportunidad para relajarse un poco, una oportunidad para olvidar sus problemas; aunque solo sea por un par de horas.

En lo que a Harry se refería, estaba deseando que llegara la Navidad. Todavía no estaba seguro de dónde lo iba a gastar, pero probablemente sería la Madriguera. De todos modos, lo esperaba. Hogwarts estaba bien, pero sentía como si el castillo lo estuviera asfixiando, tenía que salir y pasar un tiempo fuera. La atmósfera dentro del castillo era demasiado densa.

No fue hasta el jueves por la mañana, que Harry descubrió que no pasaría la Navidad en Hogwarts, pero tampoco la pasaría en la Madriguera con los Weasley. Acababa de sentarse junto a Ron, que estaba a la mitad de su desayuno. Harry era uno de los últimos en el pasillo ya que había dormido un poco esa mañana, lo cual era algo raro con sus pesadillas. Después de servirse un poco de jugo de naranja y untar con mantequilla algunas tostadas, las lechuzas de correos descendieron sobre el pasillo.

Desde el ataque, cada día llegaban muchas más lechuzas. Algunos con notas de padres preocupados, preguntando a sus hijos si todo estaba bien. Algunas eran suscripciones al Profeta , había muchas más ahora que la guerra se había acelerado bastante. Y esto se sumaba a la cantidad normal de correo.

Harry miró distraídamente a las lechuzas. No esperaba ninguna correspondencia, por lo que no se decepcionó cuando no vio el blanco níveo de las plumas de Hedwig mezcladas entre la masa de búhos marrones.

Dos lechuzas aterrizaron en la mesa frente a él, pero iban detrás de Hermione. Uno de ellos era un pájaro Profeta , el otro era un búho de Hogwarts con una letra atada a su pata. Harry volvió a su brindis mientras el pájaro profeta despegaba, con un Knut en su bolsa.

Volvió a levantar la vista rápidamente cuando Hermione chilló con lo que Harry supuso que era emoción. "¿Qué es?" preguntó Ron rápidamente desde la izquierda de Harry.