Harry Potter y la espada del héroe || Trilogía del héroe 1 ||

Capítulo 23

Capítulo 23 || El camino del héroe

Has venido a un mundo difícil. Solo conozco un lugar fácil en él, y ese es la tumba.

Henry Ward Beecher

Harry cayó al suelo, su cicatriz explotó con un dolor cegador que lo hizo gritar con un grito sobrenatural. Sin embargo, nadie más que Dermas lo notó, ya que la mayor parte de la calle principal todavía estaba encerrada en un estado de terror por el actual ataque de los Dementor. Los gritos eran comunes cuando la gente se ponía de pie temblorosa, los que podían de todos modos. Todo el tiempo Harry se mordió el labio por el dolor, extrayendo sangre.

"Merlín, Harry," susurró Dermas. "¿Qué diablos está pasando? ¡Tenemos que volver a Hogwarts ahora!"

El dolor en la cicatriz de Harry se fue tan rápido como había venido; abrió los ojos y se encontró mirando a Dermas. "Demasiado tarde ..." gruñó, sonando más arrepentido que asustado. "Él está aquí..."

Los gritos de los inocentes en la calle se habían reducido a nada. Un viento fresco y tranquilo sopló y atravesó la calle, con algunas hojas muertas volando con él. Parecía como si todo el pueblo, edificios y todo, estuviera esperando con ansiedad por algún momento desconocido, en el que el Mal entraría en su presencia.

Sucedió un instante después de que Harry dejó de hablar y se levantó del suelo. Varios estallidos fuertes e inconfundibles rompieron la tranquilidad que se había asentado en la aldea mágica. Dermas agarró con fuerza el hombro de Harry y los arrastró a ambos hacia la sombra de una tienda; finalmente había entendido a Harry.

Más y más estallidos perforaron el aire y, como grupo colectivo, un grito de terror absoluto desgarró la calle. Apenas recuperados del ataque de los Dementor, las docenas de personas de un lado a otro de la calle se desesperaron cuando el mal que plagaba su mundo se mostró una vez más. Lord Voldemort, acompañado por al menos ciento cincuenta mortífagos, se había aparecido en la calle, su presencia reconocida instantáneamente por la ola de terror.

Su apariencia había creado efectivamente un "tapón" en un extremo de la calle. La salida que conducía a Hogwarts ahora estaba completamente bloqueada de High Street. Harry estaba a unos cien metros del propio Voldemort, escondido con Dermas en las sombras, pero aún podía ver al Señor Oscuro y a las setenta personas que estaban entre ellos dos. Los Mortífagos, Harry no estaba seguro de cuántos estaban allí, estaban detrás de su Maestro, en silencio con sus túnicas negras y máscaras.

Voldemort y su ejército no se movieron, no emitieron ningún sonido. Se quedaron en absoluto silencio, aparentemente esperando algo. Harry sabía lo que querían y también sabía que era su deber, lo quisiera o no, dárselo. Desde el momento en que Harry estuvo escondido con Dermas hasta el momento en que apareció Voldemort, solo habían pasado unos quince segundos. Fue entonces cuando Voldemort hizo un elegante movimiento de barrido con su brazo y Harry sintió una ola larga, caliente e invisible de magia amarga pasar a través del pueblo de Hogsmeade. No estaba seguro de qué era, pero podía adivinar sobre una sala anti-Apariciones.

Las masas de inocentes en la calle permanecieron inmóviles en un terror silencioso. La gente estaba parada en medio de la calle, saliendo de las tiendas, de pie en silencio por el miedo. Unas cuantas brujas estaban tratando de llegar lentamente a las Tres Escobas, presumiblemente a la chimenea de flú que había allí. Harry ya había comenzado a formular un plan cuando vio esto, y ahora agarró su varita con fuerza en su mano derecha, su mano solo temblaba levemente con el viento.

"Harry," susurró Dermas rápidamente, peligrosamente, su mano todavía agarraba el hombro de Harry. "Aparece, Aparece ahora ..."

Sacudió la cabeza con gravedad. "¿No lo sentiste? Guardias anti-aparición ..."