𝐏𝐎𝐈𝐒𝐎𝐍 | kang saebyeok

cuatro | cuerda

Quedaban veinte segundos para ir a dormir, todos iban a sus camas, pero veían a sus espaldas a cada segundo, esta noche no iba ser pacífica, y todos lo sabíamos.

— Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno. —el contador quedó en cero y apagaron las luces, ni se veía.

Se escuchaban respiraciones y pasos.

Abrí los ojos al escuchar el grito de una chica, al segundo todos empezaron a gritar igualmente.

Las luces empezaron a fallar, se prendía y se apagaba, no veía a Saebyeok por ningún lado.

Hasta que ví al matón, tenía a Sae acorralada, bajé hacia a ellos para que soltará a la chica, pero ella ya se había adelantado, en el transcurso del camino uno de los hombres del matón me agarró pero un hombre moreno me ayudó y lo quito de encima.

A cualquier lugar que mirarán iban a ver golpes hacia a otros, parecían animales.

Sentí un agarrón en mis brazos y lo golpee, un quejido de dolor se escuchó de la chica, intenté verla cuando prendía las luces, era Saebyeok, le pegué a Sae.

—Perdón, en serio, no era mi intención. —abrace a la chica y sobé su mejilla, ella me alejó y tiro de mi mano, llevandome hacia el último jugador.

—Vinieron.

—Tu lo pediste. —la respiración de la de pecas estaba agitada, soltó el agarre de nuestras manos y el hombre con el cual hablaba la tiro a un lado, empezando a pelear con el matón, no había que esperar mucho para que Sae golpeará al ciento uno.

Su grupito nos tenía acorralados, a mi lado estaban el hombre que me había ayudado con anterioridad, el otro que estaba mirando a Saebyeok antes del segundo juego, al hombre que pidió acercarnos a él si ocurría algo, y a Sae, obviamente.

—Ssangmun-dog, ¿Por qué te metes? —habló el que tenía problemas con la de pecas —Para ti también es mejor con menos gente.

—Ella va a estar con nosotros. —aclaró.

—Por favor... ¡Deténganse! Tengo miedo —se escuchó la voz del viejo desde arriba, todos posamos nuestra mirada en el —A este paso ¡Todos moriremos! ¡Todos van a morir! —empezó a sollozar —Tengo mucho miedo, ¡Basta! Si siguen así ¡Todos moriremos!

Las luces se prendieron de verdad y entraron los enmascarados usando sus armas para acaparar la atención de todos los jugadores.

Miré el lugar y habían muchos cuerpos llenos de sangre en el piso, las figuras tomaban en pulso para averiguar cuál era su estado, y revisaban a los jugadores vivos para ver si tenían alguna arma.

—Suelten las armas, date la vuelta —todos hicimos caso y empezaron a revisar y tocar los lugares donde podríamos ocultar algo.

—Jugador doscientos setenta y siete, eliminado. Jugador setenta y cuatro, eliminado. —empezó a anunciar la voz a todos los que habían eliminado, empezaron a entrar las cajas que parecían de regalo y posicionar a los muertos ahí.