13

8.8K 1.1K 330
                                    

— Moriré algún día.

— Pero no quiero que mueras en manos de mis hijos.

— ¿Y como quieras que muera? ¿De una forma bonita?

— Es lo que merece un chico como tú.

— ¿Como yo?

— Inocente y puro.

— Ya no soy inocente, y puro, menos.

— Para mí lo sigues siendo.

— Quiero unirme a la secta.

— Dije que lo olvides. No entrarás, No lo permitiré.

— ¿Y que es lo que haré? ¿Mataré?

— Tú no quieres entrar.

— Si quiero. Lo haría, si es para estar junto contigo.

— Eso no es muy heterosexual de tu parte.

— ¿Y si soy gay?

— Tarde, ya no me interesas.

— ¿Estas seguro?

— Si.

— Entonces no te interesaría, que yo saltara ahora mismo, y muriera.

JiMin se acercó a la orilla del acantilado, y se dio la vuelta para mirar a YoonGi.

— Si ya no te intereso, entonces tampoco te interesaría que yo muera.

YoonGi lo observó.

— No.

— Bien.

JiMin sonrió y se tiró hacía atrás. Logrando caer del acantilado. YoonGi se dio la vuelta, dispuesto a irse.

— Maldito, niño.

YoonGi corrió hasta la orilla y se tiró. Antes de que JiMin cayera al suelo, el lo tomó de la cintura y dejó sus alas salir, para después volar hasta el cielo.

— ¿Por qué lo hiciste?— Preguntó JiMin— Dijiste que yo ya no te interesaba.

YoonGi no respondió. JiMin solo sonrió y apoyó su cabeza en el hombro del mayor, observando esas grandes y negras alas. Quería tocarlas, pero sabía que el mayor se enojaría, así que simplemente se mantuvo quieto.

Cuando llegaron nuevamente al monte. YoonGi dejó a JiMin sobre el suelo.

— Deja de jugar así, JiMin. Ya basta— Gruñó YoonGi enojado, cuando el también quedó en el suelo— Ya no hay vuelta atrás. Ya no me interesas.

— Entonces déjame morir.

— ¿Y por qué quieres morir? No te entiendo, JiMin.

— Quiero estar a tu lado.

— ¿Y crees que muriendo lo harás?

— Iré al infierno.

— Si, a ser torturado, no a estar conmigo.

YoonGi se dio la vuelta y comenzó a caminar para irse.

— ¿Quien es el otro?

— ¿Que?

— ¿Quien es tu muñeco ahora?

— Eso no te importa.

— Si me importa. Una vez me prometiste que yo siempre iba a ser tu muñeco.

— Las promesas están para romperse.

— Lo juraste, YoonGi.

— Estaba mintiendo.

JiMin se quedó en silencio, y YoonGi pensó que ya lo dejaría, pero al escuchar los sollozos de JiMin, detuvo sus pasos.

Se dio la vuelta y miró a JiMin, quien estaba sentado en el suelo, abrazando sus piernas.

— ¿Por qué lloras?— Preguntó.

— Por ti.

— Ah.

JiMin lo miró.

— Te elijo ahora. Así que quédate conmigo.

— Las cosas no funcionan así, JiMin. Ya elegiste.

— Pero ya no he ido. Porfavor, YoonGi.

— Te ves ridículo llorando por Satanás, niño. Ya levántate y ve a dormir. Tengo mejores cosas que hacer, que estar mirando como lloras.

— ¿En serio ya no te intereso?

— No.

— ¿Y-Ya no seré tu muñeco?

— No.

— Tu ganas, pero después no quiero que me impidas hacer algo.

— Ya.

JiMin se levantó del suelo, y secó con brusquedad sus lágrimas, antes de irse. YoonGi solo suspiró y negó, antes de desaparecer.

🔥

JiMin se observaba en el espejo, su rostro estaba hecho un asco, sus ojeras se notaban bastante, sus labios secos y partidos, sus ojos irritados y su cabello desordenado.

¿En qué momento se convirtió en eso?

Su habitación estaba toda desordenada, y sus padres lo regañaron varias veces por lo mismo. Ya no comía, y su cuerpo estaba delgado.

¿Por qué tenía tanto la necesidad de estar con YoonGi?

Su piel estaba pálida, y sus ojos se encontraban apagados.

¿Que fue lo que le hizo Satanás?

Su cabeza dolía bastante, y cada vez que dormía, soñaba con YoonGi. Ya no escuchaba los murmullos de los demonios, pero si los de YoonGi, y eso lo estaba volviendo loco.

¿Que debía de hacer?



























































Amor de infierno ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora