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JiMin observaba a YoonGi desde la cama, el mayor se paseaba por la habitación, con una copa de vino en su una de sus manos. Hablaba en un idioma que el menor no podía entender.

— YoonGi— Llamó JiMin— ¿Que hablas? ¿Que sucedió?

YoonGi lo miró.

— Nada importante, muñeco. Solo ignorame— Dijo, mientras tomaba de la copa.

— ¿Estas seguro?

— Si.

JiMin se levantó arriba de la cama y estiró sus brazos hacía el mayor. YoonGi rió, y dejó la copa en una pequeña mesa, antes de acercarse a la cama y tomar a JiMin en brazos.

— Hagamos un recorrido, por mi reino, muñeco.

JiMin asintió con una gran sonrisa.

YoonGi bajó a JiMin, y tomó la mano de este, para así salir de la habitación. JiMin observó el largo pasillo, era algo tenebroso, pero le gustaba.

Comenzaron a caminar por este, escuchando solo las pisadas de YoonGi, quien iba con su rostro serio, pero  acariciaba el dorso de la mano de JiMin, con su pulgar.

Bajaron por una gran escalera, hasta que llegaron a un salón. JiMin observó a todos lados. Era un castillo. Y era muy grande.

— Me gusta— Habló JiMin, observando todos lados.

— Esto será tuyo, muñeco— Dijo YoonGi.

JiMin sonrió.

Un gruñido se escuchó por la sala. JiMin se ocultó detrás de YoonGi, cuando una criatura se hizo presente.

— Hola, Cerbero— Saludó YoonGi.

— ¿Cerbero?— Preguntó JiMin confundido.

— Es mi mascota, acércate.

JiMin salió de su escondite, al escuchar la palabra "Mascota" pero al ver que aquel perro, tenía tres cabezas se asustó aún más.

— No te hará nada— Dijo YoonGi, acariciando una de las cabezas del perro— Ven.

JiMin observó a YoonGi, quien le estiraba su mano para que se acercara. Tembloroso, aceptó y se acercó a aquel perro, quien comenzó a olerlo, soltaba pequeños gruñidos, pero al final terminó moviendo su cola emocionado.

— Le gustaste— Dijo YoonGi.

JiMin sonrió nervioso, mientras acercaba su mano hasta la cabeza de el medio, el perro agachó su cabeza y se dejó acariciar por el humano.

— Es mi mascota, suele ser temible, pero es muy mimado— Dijo YoonGi— Aunque si es poderoso. Por el momento esta tranquilo, cuando se enoja es mejor correr. Obviamente yo no, porque yo le doy ordenes, pero si da miedo.

JiMin sonrió, mientras seguía acariciando al perro.

— Cerbero, ya vete— Ordenó YoonGi.

El animal se levantó del suelo, y salió de la sala, mientras movía su cola emocionado. JiMin rió, y volvió a tomar la mano de YoonGi, para así seguir con el recorrido por el castillo.

— ¿Y donde es que torturan a las almas?— Preguntó JiMin.

— Esta lejos de aquí, pero es mejor que no vayas— Dijo— Sé como eres. Te pondrás a llorar, y te asustarás mucho.

— ¿Es muy fuerte?

— Para mí no, pero para ti lo más posible es que si.

JiMin asintió, prefería no ir.

— Por el momento estarás aquí conmigo.

— ¿Y que pasará en la tierra? Mis padres.

— El tiempo es diferente aquí, muñeco. Cuando allá en la tierra pasan cinco minutos, aquí son años. Nisiquiera se van a dar cuenta de tu ausencia, no te preocupes por eso ahora mismo.

JiMin suspiró aliviado.

— Pero si hay algo, muñeco.

— ¿Que?

— Tienes que volver a la tierra. Empezando porque no estas muerto, y tu alma todavía no me pertenece.

— ¿Mi alma?

— Así vivirás conmigo eternamente. Tu alma debe de ser mía, y por el momento todavía no lo es, porque en la tierra estas vivo. Te necesito, tanto como cuerpo y alma.

JiMin miró su cuerpo.

— ¿Debo morir?

— Debo matarte.



































































Amor de infierno ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora