14

8.9K 1.2K 122
                                    

JiMin miró aquel bar y suspiró. No sabía lo que estaba haciendo, pero no se iba a arrepentir a último momento.

La gente bailaba bastante apegada, la música estaba demasiado fuerte, y olía a cigarrillos, marihuana y muchas cosas más que no quería saber.

Jamás bebió, y ahora estaba observando aquel liquido en un vaso, frente suyo. Sus labios eran mordidos por su dientes, y sus pies se movían inquietos.

Tomó el primer sorbo, y sintió lo amargo, y como su garganta ardía ante el alcohol. Dio el segundo sorbo, y ya no era tan amargo. Dio el tercero y ya le gustaba.

Así siguió bebiendo, hasta que el calor apareció en su cuerpo. Se levantó de su asiento y caminó hasta la pista de baile. De inmediato alguien lo tomó de la cintura y ambos comenzaron a bailar.

JiMin jamás bailó.

Y no sabía como es que en ese momento estaba bailando tan bien.

Pero el alcohol estaba en su cuerpo, y eso lo hacía soltarse. Su sonrisa no desaparecía de su rostro, y sus manos se aferraban a los hombros, de aquel hombre el cual no podía verle claramente la cara.

Pero cuando sus labios fueron devorados por los contrarios, se dejó llevar. Sus labios se movían como si fueran expertos. Sus manos bajaron hasta el pecho del hombre, y las manos de este último bajaron hasta el trasero del menor, quien solto un gemido ahogado, cuando una de sus nalgas fue apretada con fuerza.

El hombre se separó del beso y tomó su mano, para después comenzar a guiarlo hasta otro lugar. JiMin iba riendo, mientras pasaban entre toda la gente. Su mente estaba en otra, y no sabía lo que iba a hacer.

Su cuerpo fue tirado a una cama, y el lo único que hizo fue reír, cuando el cuerpo del hombre quedó encima del suyo.

Sus brazos pasaron por los hombros de aquel hombre, y fue el quien juntó sus labios con los del contrario. Sus piernas se enrollaron en las piernas del hombre sobre el.

Sus lenguas se juntaban entre ellas y los jadeos de ambos comenzaron a escucharse en la habitación.

El hombre bajó sus manos hasta la camisa de JiMin, y fue desabotonandole lentamente, mientras que JiMin mordisqueaba sus labios con sensualidad.

Los ojos del contrario eran muy lindos, y JiMin quedó enamorado ante eso. Bajó su mirada hacía los labios del hombre, y mordió los suyos. Eran muy lindos.

JiMin solo sonrió y comenzó a dejar besos en el cuello del hombre, mientras que este besaba su mejilla, y con una de sus manos acariciaba todo el cuerpo del castaño.

— H-Hum... Y-YoonGi— Jadeó JiMin.

Al mayor no le importó lo que el castaño dijo, y solo se dedicó a recorrer cada parte del contrario, con sus manos.

JiMin cerró sus ojos, y disfrutó de la sensación, que el hombre le hizo sentir, cuando comenzó a lamer sus tetillas.

JiMin tomó las cobijas bajo su cuerpo y mordió su labio, mientras jadeaba.

Sus ojos estaban cerrados, hasta que los abrió, y observó a YoonGi, quien lo miraba con una ceja alzada.

— No, espera— Le dijo al chico, quien de inmediato detuvo sus movimientos.

JiMin frotó sus ojos y volvió a mirar al techo.

— ¿Pasa algo?— Preguntó el chico.

JiMin lo miró y sonrió, mientras negaba.

— Es mi primera vez— Explicó.

— Entonces seré gentil— Dijo con una sonrisa.

JiMin sonrió, y lo abrazó, para después juntar sus labios con los del contrario.

No podía.

— Lo siento, no puedo— Dijo, y empujó al chico para después levantarse y salir de la habitación.

Puso correctamente su camisa y salió del bar con pasos apresurados. El alcohol seguía en su cuerpo, pero ya estaba en todos sus sentidos.

JiMin llevó su mano hasta su cabello y lo tiró frustrado.

— Ya sal de mi cabeza, ya no quiero pensar en ti, ya déjame en paz, ya déjame.

— Dije que ibas a volver a mí, muñeco— Escuchó un susurro, y de inmediato abrió sus ojos, pero no había nadie.

Sus ojos se cristalizaron.






























































Amor de infierno ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora