•×• Headcanon: Inui Seishu •×•

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• Tiene sus momentos de vulnerabilidad •

Las fases de Inupi eran racionales dignas de una persona reservada, que irradiaba belleza fuera de lugar

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Las fases de Inupi eran racionales dignas de una persona reservada, que irradiaba belleza fuera de lugar. Con sus majestuosas pestañas claras, la sensación estoica de sus ojos verdes y otro rango de misterio por su cuerpo. Tenía golpes por aquí y por allá, varios parches cubriendo la divinidad de su rostro, manchando sus poros similares a los de cerámica moldeable. Raspones cubriendo sus mejillas y la mirada perdida en el consuelo de sus botas.

Resultas estar guardando silencio más allá de lo normal, con los labios temblando y tus dedos siendo testigos por el táctil apego preocupado de estarle retocando las heridas.

—¿Me recuerdas cómo fue que quedaste de esta forma? –hablaste despacio–.

Se tomó un rato es responder. Por otro motivo ajeno a tus pensamientos, las cuerdas de sus botas resultaban ser muy atractivas al no despegar la vista de ahí.

El cabello rubio en crecimiento servía para ocultar gran parte de sus perfiles.

Desde la semana pasada su rostro de porcelana apareció siendo un desastre desconsolado lleno de moretones, interrumpiendo la sanidad de otros golpes que había recibido anteriormente. La mitad de su rostro seguía hinchado, opacando sus delicados rasgos de una persona real.

—Participé en una pelea junto a la Tōman, en un puerto de Yokohama.

—¿Pero, Kokonoi no estaba contigo?

Te observó en silencio brevemente, parpadeando en una danza efímera sus finas y rizadas pestañas rubias. Volvió a renovar sus iris de su lugar para parar de nuevo en el suelo.

—Entiendo.

Seguiste retocando una herida abierta de una de sus mejillas, rezando porque no le quedara manchas o una cicatriz a futuro en tan bello rostro.

Tembló arisco por un toque entre el delineado de su cara y pausas el trabajo. Realizó una mueca graciosa arrugando el entrecejo.

—¿Fui muy fuerte? Dime si te duele.

Intentaste calmar tus nervios por tenerlo así de cerca. Pero te salió el tiro fuera del barril cuando atrapó tu muñeca. Acarició gentil con el pulgar un extremo de tu palma, suave, pensativo.

—No, está bien. Continúa.

Las primeras impresiones que dejan para nada rescatable la personalidad de Inui Seishu es sin duda la parsimonia con la que trata todo, pero ese tono masculino y sensible dejaba mucho qué desear. Como si fuera una piedra dura e intocable con relleno de algodón suave por dentro. Que al mínimo roce podía abrirse y dejarse tocar el relleno de malvavisco. El semblante manso, compartiendo semejanzas con un cachorro en su etapa más consentida. Podía llegar a ser caprichoso y susceptible con los cambios de ambiente a su alrededor, aunque pareciera adaptarse tan fácilmente. Contradictorio, con palpitantes flores inmarcesibles, un conducto de reacciones que de verdad salen de adentro, sinceras, calladas.

TR ━ [ᴴᵉᵃᵈᶜᵃⁿᵒⁿˢ ⁻ ᴼⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ]Where stories live. Discover now