Izuku es el hijo de Inko Midoriya, socia de trabajo de Mitsuki Bakugo ¿Que pasaría si el hijo de esta última se enamorara de Izuku? ¿Que le preparará el destino a estos dulces enamorados? Muy fácil, el destino les preparó solo felicidad.
- Capítulos...
Habíamos terminado nuestros parciales y proyectos, y teníamos la semana totalmente libre.
Quedamos en tener una tranquila noche de monopolio.
Solo que un pensamiento se me salió en medio del juego.
- Kacchan...¿Tú crees que ya estamos en edad de hacer cositas malas?
El pobre de Kacchan se quedó tieso cuando me oyó.
- ¿Que dijiste?
- ¡Que si quieres hacer cositas malas!
- ¿Cosas malas? ¿Quieres asaltar un banco o qué?
Al escuchar eso me apresuré a negar con mi cabeza. No quería que Kacchan mal piense.
- No, claro que no. ¿Cómo voy a robar un banco? Yo quiero hacer...ya sabes lo que hacen los enamorados.
Kacchan me miró sorprendido pero al segundo se dio un palmazo en la cara.
- Creo que estoy comenzando a alucinar Izu.
- ¡Noo! Estoy hablando en serio, quiero dar un paso más contigo.
Me apresuré a darle un abrazo con la esperanza de ablandar su corazón y que acepte.
- Ay, Izuku...a mi también me gustaría intentar pero...¿Estás seguro de poder hacerlo?
- Estoy más que seguro Kacchan, casi todas las parejas pasan por esto. Quiero que pasemos un buen rato.
Nuestros ojos hicieron conexión por un largo rato, creo que ninguno de los dos quería apartar la mirada. Nuestros ojos siempre dicen todo lo que no nos atrevemos a decir y en los ojos de Kacchan pude ver como se iluminaban de emoción, me pregunto que habrá visto en los míos.
- Ah...¡Más despacio! ¡Duele!
Kacchan se encontraba preparando mi entrada para la jornada que estábamos planeando, sin embargo, cuando oyó mis quejidos paró al instante.
- Tranquilo, lo haré con más cuidado ¿Ahí se siente mejor?
- Ah...¡Sí! ¡Ah!
- Muy bien...Avísame si sientes algo más
- ...¡Ah!
Me sentía en el cielo, Kacchan me había llevado al cielo, mi adorado príncipe que esparcía besos cálidos en mi cuerpo y que me decía palabras bonitas en la oreja me tenía en el cielo.
- Izu, volteate hacia mí, quiero ver tu carita.
Le hice caso.
- ¿Ya lo vas a meter?
- Sí, sí te duele demasiado pararemos enseguida ¿De acuerdo?
Asentí
Unos segundos después de sentir su parte rozando mi entrada, él comenzó a abrirse paso por ella. Se sentía muy doloroso al principio pero cuando tocó una parte de carne blanda, comencé a ver el cielo.
- ¡Ah! ¡Kacchan!
- Izuku...
- ¡Más! ¡Ahí! ¡Ahí, porfavor!
Yo me desarmaba en gemidos y Kacchan en suspiros.
Cada vez que me tocaba con sus manos era una experiencia única e inigualable. Sin duda esa fue la mejor noche de mi vida.
- Izu...
- Dime Kacchan...
- ¿Una ronda más?
- Ni de broma.
Sin embargo, mi espalda baja me pasó la cuenta tiempo después.
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