Solo Felicidad: A Tus Ordenes Izuku | Bkdk

Extra - "El estudio" [+18]

Era un día casual en el antiguo hogar del peliverde; La madre de Izuku había vuelto de su último viaje a New York, tras 6 meses fuera del país volvía a aquellas paredes donde vio crecer a su hijo y a sus pequeños nietos...Realmente debía admitir que tanto tiempo sin verlos se volvía en algo agobiante.

Al llegar, lo primero que hizo fue desempacar, sacó sus herramientas de diseño y sus piezas de pasarela, sin embargo, cuando se propuso entrar a su habitación se topó con una gran, pero gran sorpresa, su cuarto era un verdadero desastre.

¿La habitación de una de las diseñadoras más grandes del mundo podía estar abarrotada de papeles, telas y maniquíes por doquier? Claro que sí, sin duda alguna ese lugar no era para nada habitable...No obstante, esta era una buena oportunidad para molestar a un par de personas.

(...)

- Mi pequeño Izu, solo una más ¿Sí?

- Kacchan, ya es la quinta, no lo vamos a hacer de nuevo.

-¿Pero que tiene de malo? Seré gentil, lo prometo.

Izuku lo miró con sus clásicos ojos fulminantes, Katsuki ya esperaba su respuesta.

- ¡No, no y no!

Se volteó de costado y se tapó con la manta de la cama.

- Prometo que te compraré la figurita de edición limitada de All Might.

- Igual me la ibas a comprar.

- ¿Y si te traigo el desayuno a la cama a partir de ahora?

- Ya lo haces.

- ¿Qué tal si compro el set de repostería que te gustó aquella vez?

- Ni aunque me traigas un extraterrestre me convencerás, Kacchan.

- ¿Seguro? Puedo conseguirlo.

Izuku se palmeó la cabeza, a decir verdad, por una ronda más Katsuki era capaz de irse a la luna a secuestrar un alienígena.

Pasaron unos segundos y Katsuki se aventó de golpe a la cama, se quedó mirando al techo por unos minutos, era una batalla dura de roer, pero él no estaba dispuesto a perder.

Ante la negativa de su querido esposo, tras pensarlo un poco, lo recogió en brazos y decidió apoyarlo en sus piernas mientras que posaba su mano en la dulce mejilla de su Izuku.

Tal vez...era hora de usar ciertos encantos.

- ¡Así no se vale, Kacchan!

- Shh.

Lo calló para luego reclamar un pequeño beso.

Ambos aun despojados de ropa, volvieron a sentir aquella conexión que aparecía al conectar sus miradas, esa perfecta combinación de colores que los llevaba a un mundo completamente distinto, uno donde eran simplemente ellos dos.

Katsuki admiraba con tanta ternura la cara de su esposo, encajado en sus brazos en una pose tan indefensa, tan solo tenía ganas de venerar cada parte de él...Por otro lado, Izuku al ver la cara de su esposo se perdió en el fondo de ese rojo escarlata que lo miraba con tanto fervor, sentía el fuego de su mirada entrar en él y, aunque se arrepentiría más tarde, su único deseo a partir de ese momento era poder sentirlo más cerca.

- Kacchan...

- Izuku.

Murmuraron al son en que la silueta de Izuku se apoyaba suavemente sobre aquella dulce cama que los envolvía cada noche. Al acomodarse, Bakugo besó con pasión esas cálidas y lindas manos que profanaba poco a poco.