Dulce Cautivo. [Cahwi]

Capítulo 4.

Yahwi quería alejarlo, de verdad quería hacerlo pero también quería quitarse esa molesta erección y todo por culpa del rubio, él tenía que hacerse responsable de alguna manera porque hizo algo indebido que lo puso así. Sin embargo para el pelinegro esto no estaba bien, esto no era algo que deberían hacer y menos cuando tenía sentimientos por alguien más.

Lo mejor era alejarlo y olvidarse de ello, no quería que esto terminara en otra cosa.

— Mejor ya déjalo así, estoy seguro que no podrás ayudarme en nada.

— Claro que puedo ayudarte.

— Aléjate Caín, hablo en serio, no me gusta esto. — Dijo con un aura aterradora e intentando alejar al rubio pero su Omega interior deseaba más ese toque, Yahwi estaba disgustado y silenció a su Omega.

— Pero Yahwi... — Susurró sobre aquel oído sonrojado mientras empezaba a tocar el lindo miembro aún apenado, el menor gruñó. — No creo que puedas arreglarlo solo así que déjamelo a mí, Caín ocasionó esto, además soy bueno con las manos.

— D-Deja de decir cosas así...

La verdad no se esperaba esto, siempre pensó que Caín jamás lo llegaría a tocar de esa forma (de hecho ni se le pasó por la cabeza) porque supuestamente se odiaban así que pensó que lo hacía nada más por obligación, después de todo él lo había provocado.

Si, debe ser eso, este tipo jamás podría querer tocarme por voluntad propia o porque yo le guste.

Salió de sus pensamientos cuando sintió un apretón en su miembro, mordió su labio y con ambas manos tomó de los fuertes brazos del extranjero para luego apretarlos, Caín tocaba perfectamente los puntos débiles de su polla.

— E-Espera...

Pero esa palabra no estaba dentro del vocabulario del alpha quien siguió con su trabajo como si nada disfrutando de la sensación al tener ese miembro en sus manos. Era suave, caliente y sexy, se le hizo agua la boca al verlo goteando pre semen como si pidiera más atención, como si fuera la primera vez que recibía esa clase de trato.

Caín sonrió de manera linda. — Parece que te gusta.

— M-Muérete.

— Ah, tan obstinado como siempre. Lo haré rápido, no quieres que esto dure mucho ¿O si? — Dijo moviendo más rápido sus manos. 

El Omega soltó una risa. — Claro que no, solo apúrate, no siento nada de placer.

— Eso lo veremos.

Caín sin embargo se tomó su tiempo para demostrarle de lo que era capaz, acariciando el glande y con su otra mano moviendo los testículos del Omega quien empezaba a delirar del placer, mordió su labio aún cuando sabía que nadie los escucharía pero él no quería hacerlo, escuchar sus gemidos era tan vergonzoso que prefería callarlos.

Además, no podía mostrarle esa imagen tan lamentable y vergonzosa a Caín pero el placer que sentía era algo nuevo, jamás le habían hecho algo así y más un alpha, esas feromonas lo tenían loco y quería rogarle por mas pero se negó a ello, no iba a caer por sus instintos. 

El rubio apretó sus testículos sacándole de repente un gemido, los movió, apretó de nuevo y acarició lentamente la textura mientras su otra mano delineaba todo su pene moviéndose cada vez más rápido.

— Uh... Ah... E-Espera... Mmm... — Gruñó.

Caín se mantenía sereno mientras hacía su trabajo, sus movimientos se volvieron más rápido mientras su nariz se escondía en el cuello pálido del chico aspirando un leve aroma que salía de allí, no sabía que era exactamente pero su alpha aullaba rogando como loco y deseando enterrar aun más su cara en ese lugar. Lamió su cuello saboreando el sudor de Yahwi y siguió con su trabajo.