37- Secuelas.

142 11 6
                                    

Narrador omnisciente.

Secuela: Resultado que se deriva de un hecho.

Posiblemente, caca uno de los chicos conocía la definición de esta palabra. Conocían que cada acto tenía su reacción y dejaba secuelas… Perfectamente sabían que luego de cometer posibles errores tendrían que lidiar con las secuelas que dejaría este.

Como término médico, una secuela podría ser “lesión o afección consecuencia de otra”, esta definición de esta palabra se podría acoplar perfectamente a Lucas, Cody y Emma, que nunca dejaban de hacerse daño y cada que intentaban arreglar las cosas, venía otra secuela que seguía golpeando por la misma herida volviéndose hasta peor que la anterior.

Qué curioso era ver el proceder de todos a través de su historia. Muchos podríamos estar gritándoles a nuestros protagonistas una y otra vez como deberían actuar, aun sin que ellos puedan escucharnos. Y la realidad era que aun si estuviéramos en primera fila gritándoles que deberían hacer… Nada cambiaría. Todos lidian con temperamentos y caracteres fuertes, con ideas y pensamientos muy diferentes a los nuestros, que cuando se les mete algo en la cabeza difícilmente se les olvida hasta que viene otra situación mayor y los hace dejar de lado aquello que estaban pensando para pensar en nuevas cosas.

Para empezar en algún lado de la ciudad, en su enorme Pent-house, estaba Lucas, sentado en el suelo de su sala de estar, tomando, mirando a la pared, todo a oscuras y lágrimas corriendo por sus mejillas.

Le dolía el corazón, el pecho y se retorcía de la rabia y la tristeza que lo tenía preso del llanto. Gritaba, se tomaba la cabeza con desesperación, pero el recuerdo no se iba, su fragancia no se iba de sus fosas nasales y la sensación de que aun la tenía contra él aun le pasaba factura haciéndole sentir que estaba con él en ese momento.

— ¡Te odio! ¡Te odio tanto! —gritaba a la nada y no había notado el mensaje entrante en su teléfono.

El recuerdo de lo que pasó solo hace una noche le tenía los sentimientos enloquecidos, la cabeza vuelta un lío y la ira y la tristeza martillándole cada parte del cuerpo con salvajismo.
Cuando escuchó a la pelirroja contar parte de la noche él lo recordó todo. La vio a ella sonreírle toda la noche, besarlo toda la noche, dejar que la tocara toda la noche y mucho más allá de eso, pero no sólo recordó eso. También la vio a ella, haciendo eso mismo que hacía con él, pero con un chico muy parecido a él, de ojos grises, pelinegro llamado Cody.

Le pesaba en todo el cuerpo, en la conciencia, le pesaba el hecho de haber dejado que Cody tuviera parte de Emma como él lo tuvo esa misma noche. Le daba rabia pensar que dejó que Cody la besara, tocara y mucho más allá. Le daba tristeza el hecho de pensar que pudo hacer algo para evitarlo pero tanto como Emma no hizo nada, él dejó que su orgullo lo superara y no evitó que ciertas cosas pasaran. Y estaba que moría de la decepción por todo, por Cody que se dejó alimentar el trastorno el cual tanto han batallado, por Emma que dejó que Cody le hiciera que sabe que cosas esa noche, y por él mismo, por no haber prevenido nada de eso.

Lloró hasta el cansancio, como un pequeño niño indefenso… Lloró toda la noche, sin embargo el dolor de aun amarla, no se fue de él…

En otro lado, también en un despampanante Pent-house, se encontraba Cody, pensando en cómo estaría su hermano justo ahora y lidiando con la idea fija e insistente que estaba en su mente a cada nada desde que la vio, quería volver a verla, sin embargo también sentía la horrible inquietud de la palabra que le decía “debes controlarte”. Sabía que había decepcionado a Lucas, y aunque eso no le importaba mucho, podía sentir esa tensión que le indicaba que era significativo y debía darle el debido respeto a su situación, que era bien para él.

Mi Amado Problema. (Problemáticos #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora