16- Me arrepiento.

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Emma Jhonson.

Mi cuerpo se sentía pesado, y había algo que me retenía por la cintura, algo que me tenía abrazada con fuerza. Poco a poco empecé a abrir los ojos y visualicé a Marco. Su brazo estaba alrededor de mi cintura abrazándome con fuerza, nuestras piernas estaban enredadas y nuestros cuerpos sudorosos y pegajosos.

Recuerdos de la noche anterior llegaron a mí y me sonrojé de tan sólo recordar cada cosa que hicimos ese chico de ojos azules y yo. Intenté zafarme de su agarre pero era muy fuerte, así que tuve que moverlo un poco para medio despertarlo y quitármelo de encima. Él gruñó y me soltó, a lo que yo sonreí al verlo enojado porque no me quería dejar ir.

Me levanté y fui al baño, al entrar me vi directo en el espejo y no pude creer lo que miraba. Mi cuerpo estaba lleno de chupetones, en distintos lugares de mi cuerpo pero eran muchos, tenía en los senos, en el abdomen, en el cuello, hombros, en el vientre y algunos en mis muslos que de seguro los hizo cuando quitaba mis jeans.

Me alejé del espejo porque de solo mirar el rastro de lo que paso ayer me llega un calor al cuerpo que me gustaría que Marco apagara.

Tomé una ducha larga, no me siento mal por haber hecho lo que hice, de hecho, me siento bien, por fin tomé un respiro de todo, por fin olvidé, por fin pude creerme que nada malo estaba pasando a mi alrededor. Salí del baño envuelta en una toalla y al estar en mi habitación Marco ya estaba despierto.

Me miraba como un animal hambriento, parecía estar sediento, querer más, querer eso que tanto dije que nunca tendría, pero que ya está hecho, ya le di parte de mí, me entregué a él de la manera más hermosa y dolorosa que puede existir para mí.

Me quedé ahí sin saber qué hacer, el me examinaba completamente y podía ver el deseo brillar en sus ojos, podía ver que estaba recordando todo.

—Ven aquí. —su voz sonó dura y yo tragué grueso.

A pasos lentos me acerqué a él. Me haló de las caderas y me hizo sentarme sobre él a horcajadas, él tenía puesto su bóxers así que podía sentirlo completamente contra mí ya que yo no tenía nada puesto.

—Sólo quiero pedirte algo Emma... —dijo con el mismo tono duro pero de la nada su rostro se suavizó y una pequeña sonrisa adornó su rostro—. Por favor no te vayas a arrepentir de nada, piensa sólo en cómo te hice mía, no pienses en nada más, hoy puedo admitir que tengo miedo de que ahora te arrepientas y empieces a rechazarme de nuevo.

Abrí mis ojos como platos al escucharlo decir tal confesión y él sólo cerró los ojos.

—Emma tu causas un raro efecto en mi —abrió los ojos y me miró fijamente—. Debí alejarme desde el primer beso.

No sabía que decir, Marco se veía diferente, estaba abierto a decir cómo se sentía y a admitir la causa de sus miedos. Sus ojos parecían estar desprendiendo lo que de verdad es él, un chico común que a pesar de ser todo un misterio e insensible, es un chico que puede abrirse a sentir aunque sea por un momento.

— ¿Por qué dices que debiste alejarte? —pude pronunciar después de pasar por mi trance.

Su mirada ahora parecía abatida— No es por ti Emma, yo soy el peligro aquí, pero ya eso no importa, te entregaste a mí, eres totalmente mía.

Algo en sus palabras me causó escalofrío pero él se encargó de alejar todo pensamiento de mi mente besándome. Fue un beso breve luego se levantó y se fue al baño, dejándome con un mar de preguntas en mi mente.

¿Por qué su actitud ahora me parece más extraña?

¿Qué ha detrás de cada palabra que me dijo?

Mi Amado Problema. (Problemáticos #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora