Historias para pensar en la obscuridad

Pesadilla

—Ya he cavado mucho, muchísimo. Siento las manos muy cansadas y estoy sumamente agotado. Remuevo la tierra y siempre hay más, tanta que parece no tener fin. No sé cuánto tiempo más voy a seguir aquí, pero tengo que sacar el ataúd. Tengo que llegar a ella. Es mi esposa y mañana vamos a festejar nuestras bodas de oro. Ya está todo listo.

—Jorge, ¡despierta! Otra vez tuviste una pesadilla —dijo la esposa.

—Sí...otra vez tuve el sueño... —contestó lleno de sudor por el repetido sueño.

—Ese donde desentierras lo que según tu es mi ataúd? No, Jorge eso es demasiado tétrico.

Jorge se paró por un vaso de agua a la cocina y abrió el cajón de los cuchillos.

—Este sueño se hará realidad de una vez por todas... —dijo mientras se encaminaba de nuevo a su recámara empuñando uno.