El sabor de la carne

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Siempre me han encantado los cortes finos. La carne no necesita marinarse de más, un poco de sal, un poco de pimienta, tal vez un poco de cítricos y listo. No hay que perder la esencia del sabor auténtico. La textura tiene que salir. La cocción debe desatar su potencial. Es todo un arte, aunque no lo creas.

—Deja de darme clases de cocina y apresúrate —dijo el forense volteando nervioso para todos lados. Y para la próxima no se te olvide pagarme por adelantado —remató.

—¡Claro! —le dije mientras le aventaba un fajo de billetes. Aquí está lo prometido.

—Bien, ¿te interesaría un joven de 24 años? Se quitó la vida y del cuello para abajo está intacto, llega mañana.

—¡Por supuesto que sí!, siempre valoro la carne fina. Aquí estaré antes de que el cuchillo que lo corte primero, sea el de ustedes.

—Un placer hacer negocios —dijo el forense. Un auténtico placer.

Historias para pensar en la obscuridadWo Geschichten leben. Entdecke jetzt