Eres imposible

5 1 0
                                    


Tener una relación sentimental no está en mis planes ni ahora, ni en un futuro. Cupido y yo mantenemos una relación muy particular, mientras más distancia exista entre nosotros mucho mejor. Sí, el rechazo es mutuo. Aunque ese no es el caso de mis amigos...

—Marciana no creo que esto funcione —insiste Nico mientras el elevador hace su recorrido hacia la primera planta. Han pasado dos semanas desde le dijimos a Nico que se sincerara con Sofía y ha decidido hacerlo hoy.

—¿Quieres salir con ella o no? —pregunto, al parecer los nervios quieren jugarle en contra.

—Claro que sí, pero no quiero que se vea forzado y tampoco parecer desesperado —rebate. Las puertas del elevador se abren y salimos de él para continuar caminando hacia la salida del edificio.

—No te ves así Nico —le consuelo y él sonríe— te ves peor —bromeo y me apresuro a la salida para no escuchar su reproche. Giro para ver como intenta seguir mi paso al mismo tiempo que abro las puertas de vidrio, su rostro cambia, me grita que tenga cuidado y entonces es tarde para reaccionar, lo sé porque ahora estoy tumbada en la acera totalmente dolorida.

—¿Te encuentras bien? —dice una voz masculina muy cerca de mí.

—¿Acaso eres ciego? —interpelo soltando un quejido debido a la caída y un intenso dolor en mi pie izquierdo me indica que algo no está bien.

Aun sin verle el rostro tomo la mano que me ofrece para poder levantarme. Sacudo mi ropa y le agradezco la ayuda mientras levanto la mirada.

—¡¿Tú?! —exclamamos sorprendidos al vernos de nuevo.

—¡Debe ser una broma! —expreso con fastidio e intento dar unos pasos lejos de él y no lo consigo.

—¿Dirás que también es mi culpa? —acusa con una sonrisa de lado sujetando mi brazo para no caerme.

«¿Te parece divertido?» grito en mi cabeza.

—¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —averigua Nico cuando llega hasta mí, lo cual agradezco y aprovecho para separarme del hombre que me sostiene y recargarme sobre mi amigo— ¿lo conoces? —susurra muy cerca y yo finjo no escucharlo, en cambio le señalo mi pie adolorido mientras me retiro el zapato de tacón.

—Apareciste de la nada –intenta excusarse, es el mismo tipo de la otra noche, el mismo que echó su café sobre mí.

—¡Claro! Chocar con extraños es mi pasión —ironizo. Oigo a Nico decir que debemos ir al hospital a que me revisen y la culpa por arruinarle la salida con Sofí invade mi ser. Así que no, me niego a ir.

—Yo conozco quien puede revisarte —ofrece el causante de mi caída y yo lo miro con desconfianza. «¿Por qué sigue aquí?»— mi hermano es médico —explica.

—Estoy bien, no es necesario —respondo seria. «No pienso ir a ningún lado con él»

—¿Desde cuándo tener un tobillo torcido es estar bien? —señala.

De repente una nueva voz se suma a esta inesperada y muy molesta situación— ¿Marciana? —todos vemos a Sofía que viene hacia nosotros. «¡Grandioso! esto va de mal a peor» ¿Leo? ¿Qué haces aquí? —se dirige al supuesto desconocido «¿desde cuándo las confianzas con este individuo?» Dirijo mi mirada hacia el rostro de Nico que los observa con atención. Ella al no oír respuesta de mi parte vuelve a decir—: ¿Estás bien?

—No, no lo estoy —le contesto dolorida y empiezo a explicar mi infortunado encuentro con Leo y de cómo terminé en el suelo con un dolor en mi pie izquierdo que todavía no cesa. Él por su parte le comenta que se ofreció a llevarme a que me revisen pero que me niego a aceptar su ayuda.

Te mentiríaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें