¿Dónde viajan tus pensamientos?

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La veo caminar por la misma vereda en la que me encuentro. Su cabello ha crecido, su estilo al vestir sigue siendo el mismo y su andar proyecta la misma seguridad y elegancia de siempre. Si en el pasado era hermosa, hoy lo es todavía más. Mis labios se van curvando en una sonrisa a medida que ella avanza hacia donde estoy, sus ojos parecen buscar a alguien y por como empieza a sonreír deduzco que ha encontrado a quien sea que la esté esperando.

La dirección de sus pasos cambia justo al pasar por mi lado. No ha notado mi presencia, en cambio en mí, nace un deseo por querer hablarle que no logro comprender, pero que me impulsa a retenerla, aunque sea un instante. Y, antes de que esté lejos de mi alcance, me atrevo a tocar su hombro para captar su atención.

—Hola —digo con un tono de voz neutro. Ella despacio gira su cuerpo hasta quedar frente a mí, la impresión de verla de nuevo me hace esbozar una sonrisa. Marcia por el contrario retrocede un poco alejando mi mano de su cuerpo.

—Enzo —pronuncia mi nombre en un susurro y yo sonrío.

—Ha pasado mucho tiempo —es lo único que sale de mi boca. Quiero decirle algo más, preguntarle tal vez ¿Qué hace en este lugar? ¿Cómo está? ¿Qué hizo estos años? Si podemos tomar un café y charlar un rato. En cambio, no encuentro palabras para continuar y sólo la observo esperando que mis ojos comuniquen lo que mis labios no pueden expresar.

—Pensé que no vendrías —escucho de pronto muy cerca de nosotros. La escena sucede muy rápido para ellos y tan lento para mí. Ver como él la abraza con cuidado, como si temiera hacerle algún daño mientras besa su mejilla, hacen que una sensación molesta me invada y formule en mi mente ¿Quién es él?

—Hola —contesta ella con una sonrisa muy diferente a las que ya le conozco, por el brillo de sus ojos entiendo que él es alguien especial— me hice tarde —se disculpa.

Incómodo por la repentina intervención, hago un carraspeo que los distrae de su saludo. Él me dirige una mirada seria al mismo tiempo que se dirige a ella— ¿nos vamos? —le consulta y ella asiente dibujando otra vez esa sonrisa en sus labios. Sus ojos se cruzan con los míos antes de irse y sin decir algo más se alejan.

«Yo te quise...» fueron sus palabras aquella noche de otoño.

•••

Veo mi reflejo en el espejo de la habitación en la que estoy hospedado, cierro mi pantalón y empiezo a colocar los gemelos en mi camisa blanca «¿Será su novio?» la curiosidad me llega de repente. No he conseguido dejar de pensar en Marcia desde temprano «¿su esposo tal vez?».

¿Cuántas cosas sucedieron alrededor de nosotros en todo este tiempo que no nos vimos? ¿Pensó en mí alguna vez después de irse? Porque yo sí lo hice, no una sino varias veces.

Las palabras "te prometo que es la última vez que nos veremos" las recuerdo con claridad, al igual que su intento fallido por disimular la tristeza al pronunciarlas.

—Al final cumpliste con tu promesa —pronuncio en la soledad de mi habitación.

Te mentiríaWhere stories live. Discover now