° · ᮫𖧷ෆ. . ·. · 🏍️ . · . · ᮫ °
❬𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔❭
❝sólo tú puedes hacer todo este
cambio en mí porque es verdad,
tú eres mi destino.
cuando me agarras de
la mano, lo entiendo.❞
✰*ૢ✧ ཻུ۪۪⸙━━━━━━━━━━━━━━━◌ ༉‧₊˚
�...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❛;los tres adolescentes encargados de dirigir a la Tokyo Manji son increíbles. ੭ೃ༉ ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El bullicio provocado por una gran multitud de personas acompañados de aplausos y toqueteos al suelo se hacía cada vez más fuerte en cuanto se acercaban. Las indicaciones dadas por las gemelas a la azabache habían acertado como de costumbre. En un parque, más concretamente donde hay varias gradas, es el lugar utilizado para ejercer las peleas clandestinas. Amaya no pudo evitar molestarse al ver aquello con sus propios ojos, era peor de lo imaginado, lo que más llamó su atención fué un chico rubio con varías heridas en su cara; lo que más resaltaba era el líquido escarlata que reposaba en todo su rostro, manchando lo que una vez fue una pulcra camisa blanca.
Pero no era lo hecho mierda que se encontraba lo que la sorprendió, si no que no se rendía cuando claramente la diferencia de fuerza era descomunal, seguía en pie luchando por no dejarse vencer.
─¡No pienso rendirme, tengo un motivo para no hacerlo! ─gritó el mismo rubio lastimado, provocando la sorpresa de todos ante esas palabras cargadas de seguridad y valor, nadie esperaba tal valor─. Kiyomosa ¡Si de verdad quieres ganar, vas a tener que matarme!.
Con tan solo decir esas palabras se ganó el respeto y curiosidad de la Sasaki, esa inmensa fuerza de voluntad que podía llegar a ser contagiosa y arrolladora para cualquiera que las llegará a escuchar. Le había logrado transmitir sin querer lo decidido que estaba a luchar sin importar cuan en desventaja estuviera, lo daría todo hasta el final, tenía sus motivos para no perder. Ella y el de tatuaje se miraron entre sí, dándose a entender que deberían intervenir si las cosas se descontrolaban, pues pintaba que aquello iba enserio. Por su lado Mikey simplemente degustaba de su delicioso dorayaki.
─¡Traigan un bate! ¡Te mataré!
Esas simples palabras fueron las causantes de que Amaya y Ken se volvieran a ver, solo que está vez era enserio que debían poner sus narices en el asunto. Aquel acto sin duda no iba con lo que ToMan representaba. Debían bajarle esa sonrisa socarrona del rostro con esos aires de grandeza que le sobraban a ese tipo. El rubio más alto caminaba delante de ambos, mientras estos lo hacían a pasos más calmados.