Capítulo 6: Conozcámonos po

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Mientras esperaba, me pregunté cómo sería juntarme con el Erick. Igual lata que tuviera que venir a dejarme un regalo de parte de su amigo, a lo mejor se quería devolver altiro. Pero no, me sorprendí cuando llegó y me invitó a pasar para que comiéramos algo, venía re contento. Me dio risa que esta vez también andaba con buzo, ¿este weon no sabía que existían los jeans?

Nos trajeron la carta y me sentí un poco incómoda. Era un restaurante francés (bien raro considerando que estábamos en Italia) y como se habrán dado cuenta durante mi escala en Paris, yo no cachaba mucho. Pero el Charles lo eligió así que debe ser bueno.

- ¡Erick! – le susurré para que me pescara, dejó la carta a un lado y me miró - ¿qué vai a pedir? Es que no cacho ninguno de los platos.

Se rió.

- La verdad es que yo tampoco – volvió a tomar el menú y empezó a pronunciar de forma graciosa los nombres extraños - ¿qué es esa wea?

Nos reímos.

- Deja preguntarle a los cabros – señaló sacando su celular.

Me mostró el chat del grupo que tenían, me dio risa que estuvieran todos pendientes de nuestra salida como para responder altiro.

Edu Vargas: Pidan cassoulet

Pitbull: Siiii, pidan eso. Es grande eso sí, así que pidan uno pa los dos.

Huaso: Cassoulet, váyanse a la segura.

Charles: No weon, no pidan esa wea.

Edu Vargas: Yapo Charles no seai fome, deja que los cabros coman algo rico. Y apúrate con la toalla nova que se nos dio vuelta algo.

- ¿Nos tiramos por eso? – me preguntó el Erick cuando terminé de reírme del último mensaje.

- Si los cabros dicen que es rico... ya po – contesté un poco insegura.

El Erick hablaba mejor italiano que yo así que él pidió el famoso plato.

- Oye, antes de que se me olvide, el Charles te mandó esto – me pasó una camiseta del Leverkusen autografiada – es de las que usa él. La Feña lo retó porque dijo que te iba a quedar muy grande, pero como es la original pensó que te iba a gustar más. Ah, y el Edu también se coló, toma.

Sacó un papel todo ordinario y me lo entregó. Me cagué de la risa cuando lo leí:

Si el Erick no se avispa, avísame y te invito yo a carretear.

Pd. Te quedo debiendo la camiseta.

Venía autografiado también. El Erick me miró confundido, seguramente no cachaba porqué me estaba riendo tanto así que se lo mostré.

- Edu culiao – se rió el también.

Estuvimos hablando de varias cosas, en general temas súper light: cómo seguía su brazo, cuándo tenía que volver a entrenar con la Fiore, qué lugares quería conocer yo, etc.

En eso llegó nuestro plato. ¡Tenía una pinta horrible! Era un guiso de color café con cositas flotando encima, súper espeso y con grumos.

- ¿Crees que sea comestible? – dijo el Erick después de un rato de estar los dos observando esa cosa que humeaba.

- No sé, pruébalo y me avisas – me reí.

- Las damas primero – lo empujó con el dedo un poco hacia mí.

- ¡Eri chanta!

Tomé mi cuchara y lo revolví un poco, olía súper extraño.

- Nop, yo creo que no – dije sin siquiera probarlo. Él me miraba divertido.

Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)Where stories live. Discover now