Capítulo 18: No quise decir eso

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Jugaba con mi plato, moviendo la comida de un lado a otro. Tenía el estómago revuelto, sentía que me daba asco comer, pero como no estaba en mi casa quería hacer el esfuerzo y no ser maleducada.

La Sherry me invitó a quedarme a dormir a su casa anoche, diciendo que me extrañaba y que tenía muchas ganas de que conversáramos como en los viejos tiempos.

- Estás pálida – observó Karina, la mamá del Erick. Yo le decía tía - ¿te sientes bien?

Asentí.

- Sí, es que anoche con la Sherry nos quedamos hasta tarde, debe ser sueño nomás.

- Había que aprovechar el tiempo po – se rió la hermana de mi ex – si casi te tuve que secuestrar para pasar un tiempo contigo, andabas desaparecida.

- Es que tú sabes... - la verdad no sabía cómo responder po. Si habíamos terminado hace tiempo y más encima en mala, no sabía cómo esto iba a afectar a mi relación con su familia.

No tuve tiempo para justificarme porque el sonido de las llaves al otro lado de la puerta nos distrajo a las tres. Se abrió.

Del otro lado estaba el Erick.

Erick's POV

Hoy era mi primer partido después de la sanción. Se supone que iba a estar suspendido más tiempo, pero como yo tenía una conducta intachable hasta antes del carrete me dieron otra oportunidad.

Tenía ganas de ir a la casa a saludar a mi familia. Hace tiempo no venía por estar viajando con mi polola en Europa, me imaginaba que no les iba a caer bien así que mejor vine solo.

Quería que mi mamá me deseara suerte como lo hacía antes, así que llegué de sorpresa para tomar desayuno con ella antes de irme al último entrenamiento.

No pude ocultar mi cara de sorpresa cuando me encontré con la ____, sentada a la mesa con mi hermana. ¿Qué se creía? Cerré la puerta tras de mí y fui a encarar a la Sherry:

- ¿Qué hace ella aquí?

Entonces la miré. Agachó la cabeza y siguió revolviendo su plato. Espera, ¿qué son esas ojeras? ¿está enferma? Filo, no era mi problema.

- La invité po, si es mi amiga – respondió mi hermana, chora – le dije que se quedara a dormir y que me acompañara a mirar el partido por la tele hoy día.

Entonces me enojé.

- Te dije que no quería saber nada más de ella – solté mirando a la ____.

- ¡Erick! – me gritó mi mamá como si fuera un cabro chico – yo no te crié así.

- Tía, no se preocupe, yo... - dijo mi ex parándose de la mesa para irse.

Pero apenas lo hizo se quedó quieta, dejó caer la cuchara y se tuvo que apoyar en la mesa inclinándose un poco. Se iba a desmayar.

Me hubiese gustado decir que corrí a atraparla, que alcancé a tomarla en mis brazos para sostenerla, pero lo que en verdad ocurrió es que me quedé petrificado ahí mismo en el marco de la puerta mientras ella estaba inconsciente en el piso.

- Mamá, ¡mamá! – me desesperé - ¿qué está pasando?

- Nada – se arrodilló y le despejó el pelo de la cara, le daba golpecitos en las mejillas pero no volvía – Nada, hijo. Sherry, tráeme agua.

- Pero mamá – insistí, no sabía qué hacer. No me podía quitar de la cabeza que unos minutos antes le encontré cara de enferma.

- Nada Erick, son cosas de mujeres, ándate a entrenar – me hizo salir de la cocina mientras intentaba alzarla un poco tomándola por debajo de las axilas.

Pulgarcita (Erick Pulgar y tú)Where stories live. Discover now